Vuelve la guerra de los deberes

Ana Lorenzo Fernández
ANA LORENZO REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Pilar Canicoba

Asociaciones de padres promueven hacer huelga de tareas los fines de semana de noviembre y piden que sean más lúdicas

23 sep 2016 . Actualizado a las 17:26 h.

¿Es necesario que, después de cinco horas de clase, los niños se pasen otras dos haciendo deberes en casa? Una buena parte de los padres considera que no, que es excesivo, y que los menores están sobrecargados de tareas escolares que les impiden disfrutar de su tiempo libre. Al otro lado hay profesores que creen que, en su justa medida y bien planteados, sirven para mejorar las competencias de los alumnos. Con el inicio del curso el debate ha vuelto a plantearse, y esta vez viene apoyado por un estudio de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (Ceapa), que afirma que un 43,24% de los niños y un 40,89 % de sus progenitores consideran que el tiempo dedicado a hacer los deberes es mayor de lo esperado. De hecho, una de cada cinco personas encuestadas sitúa por encima de las dos horas el período dedicado a la realización de las tareas escolares en casa. Incluso la mitad de los progenitores aseguran que estas tareas perjudican su vida familiar.

A la vista de estos resultados, desde la Ceapa se ha puesto en marcha la campaña En la escuela falta una asignatura: Mi tiempo libre. «Invita a las administraciones y al profesorado a que durante el mes de noviembre, al menos los fines de semana, los podamos recuperar para estar con nuestros hijos», destacó José Luis Pazos, presidente el colectivo estatal, que anunció que en los próximos días se facilitará documentación a los padres para que puedan expresar por escrito la negativa a que sus hijos hagan deberes los fines de semanas. 

La Confapa (Confederación Galega de Asociacións de Pais e Nais de Centros Públicos) también respalda esta reivindicación, y su presidenta, Helena Gómez, -que además de madre es profesora-, considera que «los deberes son segregadores, porque hay padres que tienen dinero y pueden pagar una pasantía para sus hijos, o incluso ayudarlos ellos mismos si disponen de tiempo, mientras que otros no pueden». Además, recordó que para muchos niños la jornada lectiva (incluidas clases extraescolares) se prolonga hasta las seis de la tarde, «y lo que tienen que hacer es ir al parque a jugar, como se hizo toda la vida, y no encerrarse dos horas más a hacer deberes».

Sin embargo, la presidenta de Confapa no está radicalmente en contra de los deberes, sino que es partidaria de «los trabajos de descubrimiento, a través de películas o de música, de actividades lúdicas que hacen que el niño aprenda descubriendo, que está comprobado que no se le olvida y es más productivo, no como los típicos ejercicios de repetición que no valen de nada».

También hay voces críticas con la carga de deberes en las asociaciones de padres de los centros concertados y privados de Galicia (Congapa). «Porque debería ser suficiente el tiempo que los alumnos ya están en el colegio. No estamos en contra de los trabajos o la lectura de libros que se encargan con tiempo, pero los niños no deberían de estar dos horas al día, ni siquiera una, haciendo trabajos», destacó María José Mansilla, presidenta de Congapa. 

En su justa medida

Para Emilio Veiga, psicopedagogo, profesor y presidente de la Asociación de Directores de Centros Públicos, los deberes son necesarios en su justa medida. «Son tareas que buscan mejorar las competencias del alumnos», reconoció. Aseguró que tiene que haber un «equilibrio y un acuerdo entre el profesorado» para no sobrecargar a los niños. «La clave es buscar la suficiente autonomía y pautas para que el niño pueda organizarse lo mejor posible para hacer los deberes y disfrutar de su ocio», destacó.

La Consellería de Educación deja en manos de cada centro la decisión de poner trabajos a sus alumnos

No existe ninguna ley que obligue a los profesores a encargar deberes a los alumnos, ni tampoco ninguna imposición para que estos deban hacerlos. Sin embargo, en algunas comunidades autónomas como en Galicia, se autoriza que los propios centros educativos decidan si encargan o no trabajos a sus estudiantes fuera del horario lectivo.

Según la normativa de la Consellería de Educación, en el caso de implantarlas, estas tareas extraescolares quedan incluidas en la programación general anual de cada colegio, que debe ser aprobada por los miembros del consejo escolar, en el que hay representación de toda la comunidad educativa, incluidos los padres. Así, en el caso de que se decidan establecer los deberes, la normativa explica que estos tendrán en cuenta «un adecuado encaixe na vida das familias, de xeito que se facilite a participación activa das mesmas na aprendizaxe e a adecuada conciliación da vida persoal e familiar, con respecto aos tempos de lecer do alumnado. Ao tempo fomentarase a responsabilidade dos alumnos e alumnas na súa formación e a súa autonomía, en liña cunha cultura do esforzo e do traballo».

La gran mayoría de los centros educativos de Galicia han aceptado implantar deberes, una decisión que implica que debe existir una correcta coordinación entre el tutor de cada curso y el resto del profesorado, con el objetivo de que la distribución de tareas extraescolares se haga de forma consensuada y se evite sobrecargas a los estudiantes, algo que no ocurre en todos los casos.