Y San Gonzalo obró su milagro para que Foz se librase del poder normando

DAVID PÉREZ, y. g.

SOCIEDAD

La localidad de A Mariña acogió la sexta edición de su desembarco

28 ago 2016 . Actualizado a las 10:59 h.

A un lado de la playa de Tupide, pisando arena, campesinos y marineros sacan pecho con sus herramientas. Frente a ellos, todo un ejército con hachas, espadas y otras armas. En el mar, seis barcos ponen proa a la orilla. Sus ocupantes reman. ¡Es la guerra! Cientos de personas observan la ficticia escena bélica desde un puerto abarrotado. La batalla campal dirimirá qué bando se alza con el control de Foz y logra el preciado gran diamante azul de Maeloc. Es el desembarco de la sexta Festa Normanda focense, que comenzó el pasado viernes y ayer brilló con la representación del ataque que los vikingos realizaran en la localidad hace cientos de años. Aunque ahora estamos en el 2016. En este lúdico viaje al pasado, un año más, los normandos cayeron derrotados gracias a San Gonzalo y su milagro. Los espectadores conocían así un poco más la historia local, con ayuda del locutor que a través de altavoces iba narrando las escenas. Después, llegaría el momento más esperado por algunos, la parte gastronómica de la cita: «A disfrutar coa comida tradicional». Dicho y hecho. Viandas formadas por churrasco, criollo, carne al espeto y otros manjares más anacrónicos como la pizza. ¡Ay, si la hubiesen descubierto los normandos! La bebida también jugó papel importante. Había de todo: hidromiel, barras dispuestas en el puerto, botellón portátil que algunos llevaban en sorprendentes carros... Incluso se llegó a ver a un dragón por la playa, un dragón con ruedas, pero un dragón al fin y al cabo.