Un Mini del año 73 y menos de mil euros para dar la vuelta a España

claudia vázquez, a. a. A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

ALEJANDRA DEL RÍO

Pepe Zorita llegó ayer a Galicia, en la que es la penúltima etapa de su viaje

23 ago 2016 . Actualizado a las 11:54 h.

De Valdesoto a Valdesoto (Asturias), pasando por las 47 capitales de la Península y haciendo un total de 6.725 kilómetros. Es la particular vuelta a España de Pepe Zorita, un taxista asturiano que, con la lucha contra la violencia machista por bandera, ha recorrido el país entero contando tan solo con mil euros y un Mini de 1973. Ayer hizo parada en A Coruña y mañana acabará su aventura.

-¿Cómo decide embarcarse en este viaje?

-La primera idea surge cuando recibo la mala noticia de que uno de mis cuñados iba a fallecer. Volviendo del hospital, le dije a mi hermana: «Voy a hacer esto con el Mini». Quería adherirme a alguna causa como la Asociación contra el Cáncer, pero no obtuve respuesta. Así que decidí llevar el logo contra la violencia de género. Mis amigos me decían: «Con eso no llegas ni a Torrelavega». Eso me picó, me lo tomé como un reto y salí a la carretera.

-¿Cuál es la historia del Mini?

-Tiene 43 años, es de 1973. Lo compré en León, que, de hecho, es mi siguiente etapa y allí me esperará el chico que me lo vendió. Lo restauré entero yo mismo, tanto la parte mecánica como la chapa.

-¿Le ha dado algún problema?

-El segundo día, en Lérida, detecté que había dos piezas estropeadas. Hacía un ruido terrible al dar las curvas o al frenar, pensé que no aguantaba, hasta lloré al volante. Es muy difícil encontrar piezas para un coche así, pero a través de mi página de Facebook, gente que no me conocía de nada me ha estado ayudando durante todo el viaje a dar con ellas.

-¿Cómo lo solucionó?

-El pobre Mini rodó unos 3.600 kilómetros con dos piezas rotas hasta que encontré un taller en Córdoba que me lo arregló. Juan Luis, al que le debo la vida, abrió exclusivamente para mí una tarde a 39 grados. Él también tiene un Mini y quitó la pieza que estaba mal en el mío para poner la del suyo. Solo me cobró 40 euros y desde entonces el coche va como la seda. Ahora me quedan solo 472 kilómetros, voy a contarlos uno a uno hacia atrás y toco madera, que hasta el rabo todo es toro, puede pasar cualquier cosa. Este coche es muy viejo y nunca se sabe, pero el paisano, no, ese seguro que llega.

-¿Por qué viaja solo?

-Por falta de presupuesto. Mucha gente estaba dispuesta a venir conmigo, pero ninguno podía pagarlo. No tengo ningún patrocinio. Voy en precario, tengo un presupuesto de menos de mil euros, incluyendo la gasolina.

-¿Cómo organiza el alojamiento o las comidas?

-Voy totalmente a la aventura. No hay organización. Donde encuentre y lo que encuentre. Hasta he tenido que dormir tres noches en el Mini. Esto es un desafío osado pero también una aventura con mucho reto. En realidad es un paisano de 61 años con un Mini viejo, dando un paseo largo, pero un paseo al fin y al cabo.

-¿Se plantea otra vuelta al acabar esta?

-Sí, pero no de esta forma. Tendría que estar todo muy bien definido y sobre todo necesitaría más presupuesto.

-¿Alguna anécdota?

-El segundo día llegué a Huesca a las ocho y media de la mañana. Paré en una gasolinera y se me acercó un chico joven. Me dijo que era mecánico y que me quería comprar el coche. Le dije: «Voy a dar la vuelta a España en este Mini, no se lo puedo vender». Me preguntó que cuándo la acababa, que se lo quería regalar a su padre y le expliqué que acababa de empezar, aún me quedaban ocho días, así que me dio su tarjeta para que me pusiera en contacto con él al terminar. No lo voy a llamar, este coche morirá conmigo.