Ah, aquellos cumpleaños infantiles

inés rey

SOCIEDAD

¡Cómo nos ha cambiado la vida en apenas una generación! Por ejemplo, los cumpleaños infantiles ya no son lo que eran

22 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

¡Cómo nos ha cambiado la vida en apenas una generación! Por ejemplo, los cumpleaños infantiles ya no son lo que eran. Como yo cumplía en verano, y no existían los grupos de Whatsapp de mamás, era imposible localizar a los amigos del cole. Así que venían los cinco amigos del pueblo y otros tantos hijos de amigos de mis padres. Invitaban ellos a más gente que yo. Te encontrabas en una fiesta infantil con niños de 5 a 12 años, donde era imposible hacer un equipo de fútbol equilibrado, por lo que siempre había alguna pelea y un par de lesionados. Amén del que se quedaba sentado a la mesa haciendo batidos de fanta de naranja con gusanitos que acababa vomitando encima de la tarta cuando ibas a soplar la vela. La casa quedaba arrasada, como si hubiera pasado el Katrina, y siempre sobraban tres bandejas de mediasnoches que mi madre se empeñaba en hacer año tras año «porque le gustan a todo el mundo». Pero lo pasábamos genial. Ahora nadie se atreve a celebrar un cumpleaños en casa. Te toca ir a un chiquipark de bolas con 25 niños, hartos unos de otros porque se ven todos los días en clase, jugando en unas jaulas acolchadas y sin zapatos, con dos animadoras infantiles tituladas en Prevención de Riesgos y preparando meriendas sin gluten, sin azúcar refinado y sin grasas saturadas. Solo se hace un regalo común, que eligen los papás del homenajeado, y que suele ser una moto eléctrica, un poni de pura sangre o la entrada de un piso, porque con la pasta que juntan podrían pagar un plazo de hipoteca. Si lo pienso bien, cualquier tiempo pasado fue mejor.