Medio millar de enchentas gallegas

SOCIEDAD

XAIME RAMALLAL

Mejillones, tortilla o empanada; propuestas para engordar este fin de semana

20 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Dios no creó Galicia para estómagos remilgados. Más bien se ajusta a la medida de aquellos a los que se les hicieron escasos los mejillones que les sirvieron el mes pasado en A Illa y por eso repitieron presencia en la fiesta que Vilanova dedicó días pasados al molusco estrella gallego. Si todavía les quedan ganas, podrán repetir el domingo en Cabo de Cruz, y, como no solo de marisco se alimenta el hombre, probar las empanadas que se servirán en Allariz y admirar la tortilla gigante de Barreiros, con premios para la más grande, la más sabrosa, la mejor presentada y la más innovadora, que al huevo le gusta hacer de las suyas cuando se junta con la patata.

Eso sin consultar a conciencia la agenda, que, de hacerlo, aparecerán unas cuantas citas gastronómicas más con las que engordar el penúltimo fin de semana de agosto. Acudir de vacaciones a Galicia y querer mantener la línea es misión imposible; si a usted le gusta la sobremesa ligera, elija otro destino vacacional. Luego, a la vuelta, no reviente la balanza, que no tiene la culpa.

Y es que a lo largo del año, el número de citas gastronómicas que afloran por tierras gallegas supera el medio millar; y aunque la mayoría se concentran en los meses de verano, hay ocasión para disfrutar de una buena enchenta también en primavera, otoño o invierno. Y en la variedad está el gusto. Algunas rinden homenaje a los productos del mar -son la mayoría, con casi doscientas convocatorias en el calendario- y otras, a los regalos de la huerta, a las sabrosas carnes de la ganadería gallega, a los dulces y postres, a los embutidos, vinos y bebidas, lácteos y todo tipo de platos elaborados, como la tortilla, la empanada, el caldo, el cocido o los callos; estos últimos, muy típicos del verano, por mucho que a quien llegue de más allá de O Cebreiro le pueda sorprender. Los callos, de hecho, protagonizan fiestas gastronómicas en 17 localidades que van de Xove a Meis, y de Lobios a O Porriño. No se quedan atrás las castañas, los cogumelos o el vino y sus muchas variedades.

En pescados, desde el erizo a la sabrosa sardiña, sin olvidar la almeja o el contundente pulpo; hasta 33 especies distintas para enriquecer carpas y romerías que se traducen en unas doscientas fiestas anuales. La huerta regala frutas y verduras que sirven de excusa para montar 72 parrandas en las que se ensalza, como si de un santo se tratase, desde los grelos a los pimientos, cerezas, champiñones, peras, nueces y hasta calabazas. A los dulces y postres se les dedican 20, a los vinos y bebidas, 37; medio centenar de fiestas se alimentan de platos elaborados más o menos típicos de Galicia -hay incluso Festa da Paella en dos localidades-, y otras 107 son para las carnes y embutidos: pincho, lacón, ternera, chorizo, oreja, cordero, pollo, cabrito, zorza, torrezno, jamón, potro, codillo, butelo, chanfaina, cabra, raxo... Tendría mérito acudir a todas. La media son dos diarias, pero teniendo en cuenta que la mayoría se concentran en fines de semana... 

La maravilla del pulpo

Con semejante variedad culinaria no es de extrañar que los gallegos se hayan volcado en el concurso para elegir las siete maravillas gastronómicas de España, con el pulpo á feira como aspirante. Del puesto séptimo en el que empezó cuando arrancó el certamen convocado por Allianz Global Assistance, escaló hasta el tercero en el que figuraba ayer. Hoy se cierra el plazo para votar, aunque todo parece indicar que ganarán las papas arrugás. Para gustos...