La Xunta solicitará la declaración de zona de emergencia para el área afectada
17 ago 2016 . Actualizado a las 11:36 h.Una violenta descarga de granizo que acompañó una tormenta a última hora de la tarde del lunes destrozó unos 400.000 kilos de uva en el municipio lucense de Sober, en viñedos pertenecientes en su mayor parte a la denominación Ribeira Sacra. La zona recibió ayer la visita de la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, quien anunció que su departamento solicitará la declaración de zona de emergencia para el territorio afectado.
El área que sufrió el pedrisco pertenece a la subzona de Amandi -tradicionalmente una de las más conocidas de la Ribeira Sacra- y se encuentra a orillas del Sil. Los viñedos dañados se hallan en una zona de espectaculares pendientes. La superficie siniestrada tiene una extensión de unas sesenta hectáreas, de las que 54 están encuadradas en la denominación de origen. En total son 115 los propietarios que han visto desaparecer de golpe cerca del 100% de su producción de este año.
El consejo regulador de la denominación de origen calcula que el estrago puede mermar la cosecha de este año en torno a un 5% o un 6% en el conjunto de la denominación. Se da la circunstancia de que esta zona es una de las pocas que no se vieron afectadas este año por una plaga de mildiu que tuvo una amplia incidencia en los viñedos de la Ribeira Sacra y que puede reducir entre un 10% y un 15% la producción de la próxima vendimia.
Los daños, por otro lado, no se limitan a la pérdida de las uvas de esta temporada. Las viñas también resultaron muy perjudicadas y los viticultores ya cuentan con que los efectos del granizo se notarán no solo en la cosecha de este año, sino también en las dos próximas. La tormenta, a pesar de su corta duración, provocó además importantes destrozos en los caminos de acceso a los viñedos, en muros de contención y otras infraestructuras.
Evaluación de daños
En su visita a Sober, Ángeles Vázquez anunció que Medio Rural enviará a sus técnicos para efectuar una evaluación de los daños, lo que se hará a partir de hoy mismo. La conselleira afirmó asimismo que la Xunta empleará fondos propios para crear una línea de ayudas a los productores afectados con la intención de que puedan recibirlas cuanto antes. «Temos que actuar con dilixencia, porque as axudas do Goberno central ou da Unión Europea poden tardar meses en chegar», apuntó a este respecto.
Las ayudas directas de la Xunta -añadió- se dedicarán también a tratar de salvar todo lo que se pueda en la cosecha del año próximo y a reparar los daños en caminos y otras estructuras. Vázquez señaló por otra parte que ayer ya se puso en contacto con las compañías de seguros agrarios para pedirles que actúen con la mayor rapidez posible en la tramitación de las compensaciones a los afectados.
Los bodegueros y viticultores que participaron en el encuentro con la conselleira pidieron por otra parte que se abra de inmediato una línea directa de comunicación con la Xunta para que la administración autonómica se mantenga al corriente de los problemas que deben afrontar durante este año y los próximos.