Sucedió lo previsible: hoy tengo resaca

Inés Rey

SOCIEDAD

Las madres de familia son como cucarachas, salen, beben, se reproducen y mueren

30 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Desmontemos un tabú: las madres de familia son como cucarachas, salen, beben, se reproducen y mueren. Mueren de resaca al día siguiente y los dos posteriores, que una ya no tiene 20 años. Después de tomar «veleno puro», que diría el filósofo gallego, en el último bar al que me arrastró mi marido al grito de «venga, como cuando éramos novios», he dormido cuatro horas. Me despierto con un pitido intenso en el oído, me pongo las gafas de sol porque me molesta la luz (nadie se acordó de bajar la persiana) y me arrastro hacia el baño. ¿A dónde vas, Martirio?, oigo de fondo. «Cállate, que es la última vez que me lías». El rimmel permanente se ha movido de sitio y parezco un oso panda. Suena el teléfono. Descuelgo pero no puedo hablar. «Sé que estás ahí. No te olvides que es el cumpleaños de tu padre. Vienen todos tus hermanos a comer. A las dos en casa. Tus hijos bien, por cierto». ¿Hijos? ¿Tengo hijos? Después de tres litros de café, una ducha y dos ibuprofenos, ponemos rumbo a casa de mis padres. Me toca conducir hasta el pueblo. Paro a echar gasolina. Mi marido paga y cuando sube al coche, arranco. Le cuesta. Piso a fondo, oigo un golpe y gritos. “¿¿Qué haces?? Te dije que arrancaras, ¡pero cuando quitaran la manguera del depósito!». Bajo a ver el destrozo. 600 pavos de arreglo, le calculo. Parte amistoso y seguimos ruta. Llegamos justo a tiempo a la comida. Yo con el rimmel aún pegado a las mejillas, mi marido sin hablarme y el coche como si viniera del desguace. ¡Va una copita para celebrar el cumple del abuelo! No vuelvo a salir nunca más.