La ONU pone normas para controlar la salmonela en la carne de vaca y cerdo y limitar el arsénico en el arroz

La Voz ROMA / EFE

SOCIEDAD

KOICHI KAMOSHIDA | EFE

Las recomendaciones afectan tanto a la producción primaria como al procesamiento de los alimentos

28 jun 2016 . Actualizado a las 07:54 h.

La Comisión del Codex Alimentarius de la ONU aprobó ayer unas directrices para controlar la salmonela en la carne de res y cerdo, y un nivel máximo para el arsénico inorgánico en el arroz descascarillado. En una reunión en Roma, este órgano de Naciones Unidas, que establece los estándares internacionales para la inocuidad de los alimentos, hizo una serie de recomendaciones que abordan desde la producción primaria de ese tipo de carne hasta su procesamiento para prevenir, reducir o eliminar la salmonela. Asimismo, sugirió a los consumidores cocinar la carne por completo para no caer enfermos por la ingesta de alimentos que puedan estar contaminados por esa bacteria.

La salmonela, responsable de una de las enfermedades más frecuentes transmitidas por los alimentos, afecta a decenas de millones de personas cada año y, aunque la mayoría de los casos son leves, se estima que causa unas 60.000 muertes anuales.

Los estándares del Codex Alimentarius sirven como base para la legislación nacional y establecen los marcos de seguridad en el comercio internacional de alimentos. Cada país es libre de adoptar las medidas recomendadas y puede diferir de los niveles acordados.

La Comisión también fijó un máximo de 0,35 miligramos de arsénico por kilogramo de arroz descascarillado. Se busca así evitar una exposición prolongada a este elemento, que puede causar cáncer y lesiones en la piel, y que ha sido asociado con efectos sobre el crecimiento, dolencias cardíacas, diabetes y daños en el sistema nervioso y el cerebro.

El arsénico está presente en muchos alimentos que lo absorben del suelo y el agua, entre ellos el arroz, que puede absorberlo más que otros y -por su elevado consumo- contribuir de forma importante a la exposición. La Unión Europea y organizaciones de consumidores protestaron por el establecimiento de un nivel que, a su juicio, es demasiado alto y no garantiza la suficiente protección.