Un estudio indica que reduce su memoria de trabajo y atención
27 may 2016 . Actualizado a las 07:34 h.Una escuela en pleno de una ciudad rodeada por un tráfico intenso es una mala combinación. No ya solo porque el ruido de los automóviles puedan desconcentrar a los alumnos, sino porque las minúsculas partículas liberadas por los tubos de escape como subproducto de la combustión del carburante se han relacionado con un menor desarrollo cognitivo de los niños. Lo ha hecho un equipo de científicos del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona, que han descubierto que el tráfico es la única fuente de partículas finas, de menos de 2,5 micrómetros de diámetro (PM2.5), que se asocia con la reducción en un 22 % de la memoria de trabajo y de un 30 % de la memoria de trabajo superior, mientras la falta de atención disminuye en un 11 %.
Son las conclusiones que se recogen en un estudio publicado en la revista científica Environmental Health Perspectives después de realizar el seguimiento durante un año a una cohorte de 2.618 niños de 39 escuelas de Barcelona. Los estudiantes tenían una media de edad de 8,5 años.
Las pruebas
A lo largo de cuatro visitas espaciadas en el tiempo, los escolares completaron pruebas computarizadas para evaluar la memoria de trabajo, que es la función ejecutiva del cerebro que trata múltiples piezas de información de forma transitoria; la memoria de trabajo superior, que es aquella que involucra procesos más complejos, y la falta de atención. En paralelo, los investigadores midieron la materia particulada de menos de 2,5 micrómetros de diámetro, tanto en el aula como en el patio, a lo largo de dos campañas de una semana.
La reducción en el desarrollo cognitivo de los menores se observó a partir de un incremento de cuatro microgramos por metro cúbico de las PM2.5 derivadas del tráfico. «Ninguna de las otras fuentes de PM2.5 se asoció con efectos adversos sobre el desarrollo cognitivo», explica Xabier Basagaña, investigador del CREA y primer autor del trabajo.
Estudios previos ya habían apuntando una asociación entre la exposición a la contaminación del aire procedente del tráfico con un menor crecimiento en las capacidades de aprendizaje, pero se había analizado muy poco su influencia en el desarrollo cognitivo de los chicos.
Más de 2.600 niños analizados
El estudio se hizo durante un año en 39 escuelas de Barcelona. A los niños se les realizaron pruebas para evaluar su desarrollo cognitivo relacionado con la concentración de partículas.