Habrá un segundo juicio por el asesinato del niño Etan Patz, cometido en 1979

AFP NUEVA YORK

SOCIEDAD

EMMANUEL DUNAND | AFP

El acusado, de 55 años, fue absuelto por la falta de acuerdo del jurado sobre su culpabilidad

26 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Un juez de Nueva York resolvió realizar un segundo juicio contra el acusado del crimen de Etan Patz, un niño de seis años desaparecido en 1979, tras un primer proceso fallido el 2015 a raíz de la falta de acuerdo del jurado sobre la culpabilidad del procesado, un hombre cuya defensa dice que sufre un retraso mental.

El magistrado Maxwell Wiley ordenó el martes celebrar un «nuevo juicio» en «septiembre» próximo contra Pedro Hernández, de 55 años y acusado de ser el autor de la muerte de Patz tras una confesión de la cual se retractó después, según indicó ayer un empleado de la oficina del juez neoyorquino.

Fue el propio magistrado quien el 8 de mayo del 2015 declaró nulo un primer proceso, tiempo después de que el jurado no lograse ponerse de acuerdo tras 18 días de deliberaciones. Como Hernández no fue declarado inocente, la fiscalía de Manhattan pidió la realización de un segundo juicio.

El niño Etan Patz desapareció poco después de dejar su casa en el barrio del Soho en Manhattan el 25 de mayo de 1979, mientras caminaba solo por primera vez hasta la parada del transporte escolar, que se encontraba a solo dos manzanas de su domicilio. Sus padres, Stan y July, solo supieron que estaba desaparecido al final del día, cuando no regresó del centro escolar. Su cuerpo no fue encontrado nunca. La fotografía del pequeño Etan fue la primera que apareció en tetrabriks de leche durante las tareas de búsqueda.

Hernández, arrestado en el 2012, confesó el asesinato ante la policía, afirmando que llevó al pequeño al sótano de una tienda donde trabajaba tras engatusarlo con caramelos. Después lo asesinó y se deshizo de su cuerpo arrojándolo a la basura. Sin embargo, este hombre, que según su abogado sufre de una enfermedad mental y tiene un leve retraso mental, se retractó luego y se declaró inocente. Hernández había confesado previamente el crimen a un familiar y a su consejero espiritual, quienes influyeron en él para que declarara ante la policía.

La fiscalía había presentado como principal prueba la confesión realizada por Hernández a los agentes de la policía, y que había sido grabada en vídeo.

Sospechosos y no culpables

Expertos en derecho habían estimado al inicio del primer juicio que sería difícil para los fiscales probar su culpabilidad, ya que el expediente no tenía pruebas de una escena del crimen, ni ADN o huellas digitales que lo incriminaran. La policía continuó durante años interrogando a posibles sospechosos de la desaparición del niño, aunque sin resultados concluyentes.

El caso es aún más enrevesado ya que otro hombre de origen hispano, José Ramos, encarcelado por la agresión a otro niño, había sido declarado responsable de la muerte de Etan Patz en un proceso civil en el 2004 en el que los padres del pequeño habían salido victoriosos, sin ser objeto, sin embargo, de una denuncia penal.