Un inglés casado con una emigrante gallega inició en 1974 el desarrollo de esta iglesia, que tiene ahora casi dos mil miembros
20 may 2016 . Actualizado a las 10:54 h.El próximo domingo, a las diez de la mañana, tendrá lugar la dedicación de la primera capilla que los mormones han construido en Galicia. Está en A Coruña, frente al hospital de Oza, y en la mañana de ayer abrió sus puertas a todas las personas que quieran visitarla. «Nuestro nombre es el de Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días pero entendemos que es un nombre largo y no nos parece mal que nos llamen mormones», explicaba el presidente de la rama de A Coruña, Daniel Pan Suárez. Dicha capilla estará abierta al público hoy y mañana.
A principios de los años 80 esta iglesia se constituyó en Distrito de Santiago (algo similar a la diócesis católica) «que en este momento comprende las cinco ramas de A Coruña, Santiago, Ferrol, Vigo y Pontevedra». Pero el inicio de esta iglesia en Galicia se produjo cuando Alexander Martin, de Birmingham, y casado con una emigrante gallega, se instaló en A Coruña; al cabo de unos meses, «escribió al Presidente de la iglesia en sus oficinas en Utah» y «solicitó que fueran enviados misioneros para establecer la iglesia en A Coruña», recuerdan responsables de la misma.
Actualmente, los mormones tienen casi dos mil miembros en toda Galicia y en Vigo también han comenzado a construir una capilla, puesto que es la segunda ciudad con más integrantes.
«Para nosotros la familia es lo más importante», señalaba Pan durante un recorrido por las instalaciones de la nueva capilla en la que cuentan con la biblioteca genealógica que puede ser consultada por cualquier persona. Y es que a los mormones «nos interesa no solo la familia actual sino también todos nuestros antepasados» y por ello dos de los jóvenes misioneros procedentes de Estados Unidos, Hathaway y Gustafson, que están estos días en Galicia mostraban sus respectivos libros Mi familia. Historias que nos unen, con fotos y datos. Ambos comentan que la gente les recibe bien aunque a veces les confunden con quienes hacen un proselitismo «más agresivo».
También hay gallegos que se van como misioneros, los jóvenes durante dos años y las chicas durante año y medio, y en estos momentos una joven está en la Patagonia y otros cinco en distintos países. Elder Catoira fue el primer misionero coruñés.