Vacas rebajadas de metano

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

miguel souto

La introducción de una molécula logra reducir en rumiantes la producción del gas de efecto invernadero

03 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada tres minutos, una vaca emite un resoplido. Es en realidad un eructo por el que expulsa metano, un gas diez veces más potente que el dióxido de carbono y uno de los principales responsables del calentamiento global que vive el planeta. Las flatulencias de cada res liberan al día 300 litros de metano, lo que sumado a las generados por la cabaña mundial de rumiantes, incluidas ovejas y cabras, suponen el 18 % de las emisiones internacionales de gases de efecto invernadero. Más que una anécdota es un auténtico problema sobre el que es necesario actuar para ayudar a rebajar el incremento de las temperaturas de aquí a fin de siglo y ralentizar el cambio climático. Pero, ¿cómo se puede controlar la fermentación que de forma natural se realiza en el rumen de los bóvidos?

La respuesta está en una molécula, 3.nitrooxyproopanol, cuyo mecanismo de acción dirigido a inhibir la producción de metano en rumiantes acaba de ser descrito en un estudio internacional con participación del CSIC publicado en Pnas.

Hace dos años los científicos ya habían mostrado en ovejas la efectividad de la molécula, pero desconocían su funcionamiento. Ahora, las investigaciones realizadas en animales vivos, mediante incubaciones de microorganismos anaeróbicos en el aparato digestivo de los rumiantes, ha revelado cómo este compuesto afectaba solo a la población de microbios responsables de producir metano y no a las bacterias que contribuyen a la digestión de los alimentos.

En las pruebas realizadas se ha demostrado una reducción de las emisiones de metano de un 30 % por cada animal, sin que la alteración de la flora microbiana haya supuesto ningún perjuicio para la salud de las vacas ni para la calidad de la leche.

Energía aprovechada

La introducción de la molécula no solo permite disminuir la liberación del gas a la atmósfera y contribuir así a reducir la temperatura global, sino que también «se incrementaría la eficiencia de producción del sistema de los rumiantes, al aprovechar mejor la energía ingerida a través de los alimentos, ya que la producción de metano implica una pérdida de hasta el 12 % de la energía que ingieren los animales», según explica David Yáñez, investigador del CSIC en la Estación Experimental del Zaidín.