Las máquinas ya obedecen al cerebro

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

LAURENT GILLIERON | EFE

Los últimos avances en neurociencia a nivel mundial se presentan en un congreso en Sanxenxo

26 abr 2016 . Actualizado a las 13:11 h.

Imagínese que se puede mover una silla de ruedas con la mente, o controlar un robot, o escribir en un ordenador con el pensamiento o implantar un chip en el cerebro que permita a los ciegos recuperar una forma de visión. No hace falta que se lo imagine. Ya no es ciencia-ficción. Es simplemente ciencia basada en tecnologías de última generación que se están desarrollando en laboratorios de todo el mundo, algunos de ellos españoles, y que en algunos casos ya están en disposición de poder aplicarse. Son avances sobre los que expertos de todo el mundo debaten desde ayer y hasta mañana en la novena edición de la Cajal Winter Conference que se celebra en Sanxenxo, una conferencia bianual organizada por las universidades de A Coruña y Vigo y por la Sociedad Española de Neurociencia.

«Abordaremos los avances más importantes en investigación básica sobre la comprensión del cerebro; las aplicaciones de este conocimiento en áreas como la implantación de microchips para controlar brazos robóticos y cómo podemos explicar nuestro comportamiento gracias a la neurociencia», apunta Casto Rivadulla, investigador de la UDC y miembro del comité organizador.

La cuestión es: ¿Algún día se podrá llegar a desarrollar un exoesqueleto que se integre en el cerebro y emule nuestro sistema nervioso y musculoesquelético? «Estoy convencido de que lo conseguiremos, pero lo que no se sabe aún es cuándo», responde el investigador José del R. Millán, de la Politécnica de Lausanne.

CAPOTILLO

«Las neuroprótesis pueden ser una estrategia terapéutica para la ceguera»

Actuar directamente en la zona del cerebro que procesa la visión, mediante un microchip, para ayudar a las personas ciegas a recuperar su autonomía. Esta es la innovadora estrategia de la neuroprótesis visual que está desarrollando la Unidad de Neuroprótesis y Rehabilitación Visual de de la Universidad Miguel Hernández de Alicante, que dirige Eduardo Fernández. Es tecnología puntera surgida en España, que se diferencia de otras más convencionales que actúan exclusivamente sobre la retina o el nervio óptico.

-¿En qué fase se encuentra la neuroprótesis visual?

-Estamos hablando aún de investigación. Queremos probar que esta tecnología es segura y efectiva y lo hemos probado en una fase preclínica en animales, aunque ya empezamos a probarla de forma puntual en algunos pacientes humanos.

-¿En qué se diferencia de otras neuroprótesis que ya se están lanzando al mercado?

-Las que hay son solo para la retina y enfermedades neurodegenerativas de la retina. Pero si la retina está muy mal, si existe una gran degeneración en sus capas, no hay nada que hacer. Y lo que hay que tener en cuenta es que no vemos con el ojo, vemos con el cerebro.

-¿Con qué tipo de pacientes trabajan entonces?

-Trabajamos con pacientes ciegos con malformaciones muy graves de la retina y con cegueras derivadas de otras patologías, como el glaucoma, la retinopatía diabética, lesiones del nervio óptico, traumatismos oculares o alteraciones en las vías visuales que se presentan tras algunos problemas cerebrales.

-¿Los ciegos podrán recuperar la visión?

-No se trata de recuperar la visión como tal, sino de recuperar una cierta percepción del entorno, suficiente como para movernos, para saber con quién hablamos, poder leer caracteres... tener una cierta orientación, movilidad y autonomía. Los ciegos no van a poder recuperar la visión, pero sí podemos ayudarlos.

-En todo caso se trataría de un avance importante.

-Sí, muy importante. Pero hay que señalar que estamos todavía en una fase muy preliminar, no debemos crear falsas expectativas. Todavía tenemos años de trabajo por delante.

-¿Pero puede llegar a convertirse en una estrategia terapéutica para personas ciegas?

-Creemos que sí, que puede ser una estrategia terapéutica muy útil en pacientes ciegos. Los resultados preliminares que tenemos son muy prometedores.

-¿Cómo funciona?

-Son electrodos, microcorrientes eléctricas que estimulan la parte del cerebro que procesa la visión. Nuestra experiencia demuestra que funciona con pocos electrodos. Ahora queremos saber si utilizando muchos podremos lograr una mayor resolución y conseguir más detalles del entorno que ayuden a las personas ciegas.

CAPOTILLO

«Los discapacitados pueden mover las sillas de ruedas con la mente»

De José del R. Millán podría decirse que es el hombre que ha conseguido mover las máquinas con el pensamiento. Pionero en la investigación de la interfaz cerebro-máquina y uno de los grandes referentes mundiales en la especialidad, este científico de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (Suiza), coordinador de varios proyectos europeos en el área, está convencido de que más pronto que tarde se verán sus aplicaciones.

-Hace 20 años usted propuso que las señales cerebrales podían decodificarse para mover una máquina. Parecía ciencia-ficción. ¿Lo es ahora?

-Ahora desde luego que es ciencia, ya no es una ficción.

-Hace seis años consiguió por primera vez que una persona con parálisis cerebral moviera su silla de ruedas con la mente. ¿Cómo va la investigación?

-Sí. Es una más de las aplicaciones que desarrollamos, pero hoy en día ya no es en la que más trabajamos. La probamos en personas con discapacidad motora.

-¿Y cuáles son los resultados? -Los resultados demuestran que, efectivamente, las personas con discapacidad motora pueden controlar la silla de ruedas con la mente con una cierta prestancia y, con la interfaz cerebral, incluso mejor que las que no son discapacitados.

-¿La tecnología está en disposición de comercializarse?

-Sí. El problema es que la comercialización no depende de nosotros. ¿Quién va a pagar esta tecnología? Obviamente no va a ser la persona individual. Tendría que formar parte del sistema de la Seguridad Social y, para ello, se tienen que implicar también las autoridades.

-Ya, pero al menos podrían beneficiarse quienes pudieran pagar por ello.

-Haríamos un flaco favor a la sociedad si solo fuera para los millonarios. Nuestra investigación depende de fondos públicos y nos debemos a la sociedad.

-También trabajan en los robots de telequinesia. ¿Qué son?

-Están dirigidos a personas con una discapacidad motora muy fuerte, que no pueden salir de casa, pero que quieren relacionarse. Se conectan con nuestros robots en Suiza y pueden moverlos, ver a través de ellos. Por ejemplo, si el robot está en un museo o en una reunión social ellos pueden interactuar a través del robot. Estas personas están recluidas en sus casas, pero para ellos es muy importante tener una experiencia fuera. A nivel científico y tecnológico vemos que es posible hacerlo.

-Otro de sus proyectos consiste en mover las manos con la mente en pacientes con ictus.

-Sí. Tenemos aplicaciones para restituir la capacidad para mover la mano en pacientes que han sufrido un ictus. El sistema consiste en una ortosis, una estructura que se pone sobre la mano, como un guante robotizado, que está acoplado a unos electrodos conectados a los movimientos de la mano.