La obligación

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

SOCIEDAD

06 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La Junta de Andalucía ha dado un paso más en su guerra al lenguaje supuestamente sexista. Sus directrices dejan de ser una recomendación para profesores y alumnos y se convierten en obligación, por cuyo cumplimiento velará la inspección educativa. Todo un problema para los educadores, que se verán obligados a enseñar el español según lo entiende el Gobierno andaluz o, si los problemas de conciencia son grandes, arriesgar el pellejo y seguir la gramática y las normas de la lengua española.

Existe un lenguaje sexista, que se debe combatir, y existen formas de expresarse que se interpretan como sexistas y no lo son. El caso más frecuente de estas es el uso genérico o no marcado del masculino, es decir, el masculino que se emplea para designar un conjunto en el que hay varones y mujeres, como los andaluces con que nos referimos a los andaluces varones y a las andaluzas. Los impulsores de esas nuevas formas de lenguaje no sexista interpretan que el masculino genérico oculta o relega a la mujer.

Por ello se ha intentado combatir de varias formas. En lo escrito, sustituyendo la -o final de muchos masculinos por la arroba (@), en la que se intenta ver una o y una a. También con el empleo de una barra para dar a un sustantivo o un adjetivo el género masculino y el femenino: los médicos/as. En lo hablado, estas fórmulas se suelen sustituir por desdoblamientos: los médicos y las médicas. Estas propuestas chocan con las leyes escritas y las no escritas del español. Existe otra forma, impulsada por el Gobierno andaluz, más aceptable, pero llena de riesgos. Se trata de sustituir el masculino genérico por sustantivos que designen el conjunto: el funcionariado por los funcionarios, lo cual al menos permite evitar los funcionarios y las funcionarias.

Sin embargo, como decíamos, son muchos los peligros. He aquí algunos ejemplos (entre paréntesis, con la forma no sexista propuesta por la Junta de Andalucía): los candidatos del PP y del PSOE (las personas candidatas del PP y del PSOE), los profesores y alumnos de 1.º de Secundaria (la comunidad escolar de 1.º de Secundaria), los políticos de Podemos (la clase política de Podemos), los tutores de mis hijos (la tutoría de mis hijos)... Los niños y los adolescentes no deberían ser sustituidos por la niñez y la adolescencia, pues ambos designan sendos períodos de la vida humana y no grupos de personas.

¿Pretenderá también el Gobierno de Susana Díaz que el partido de Albert Rivera se aplique sus normas y deje de ser Ciudadanos para convertirse en Ciudadanía?