«El 80 % de los empresarios saben que la conciliación mejora sus resultados»

José Luis Casero, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, se felicita por el compromiso expresado por Mariano Rajoy para promover que la jornada laboral concluya, en términos generales, a las seis de la tarde, junto con otras medidas concretas de conciliación entre la vida laboral y la vida privada.

-¿Cree que los partidos van a cumplir estos planes?

-Llevamos años trabajando con las fuerzas políticas estas propuestas de racionalización; en otras épocas electorales hacían promesas genéricas que luego se quedaban en nada, pero esta vez los hemos convencido para entrar en contenido concreto, no solo en el cambio del huso horario, sino también en los permisos paternales, los bancos o créditos de horas, la flexibilización, el teletrabajo... Parece que por fin se toman en serio estas cuestiones y respaldan medidas para organizar el tiempo de trabajo de forma inteligente y vivir de forma razonable, que es lo que demanda la sociedad española. Aplaudimos estos acuerdos, pero también les hemos advertido de que vigilaremos, denunciaremos si no cumplen y, si siguen con este proceso, nos pondremos a su disposición para ayudar.

-En un entorno de crisis, de empleo de baja calidad, ¿los empresarios no se tomarán estos cambios como un coste añadido?

-Estoy en desacuerdo. Entiendo el planteamiento, pero también es cierto que el 80 % de los empresarios están convencidos de que las medidas de conciliación mejoran sus resultados. Tenemos un estudio del IEFE, del año pasado, que señala que las empresas que aplican medidas de racionalización horaria y conciliación, incrementan su productividad en un 19 % y rebajan el absentismo laboral en un 30 %. Los empresarios, no seamos hipócritas, queremos ganar dinero. Si nos demuestran que estas medidas favorecen el incremento de la cuenta de resultados, podremos ganar dinero, podremos contratar y mejorar. Hay que dar el paso y evitar viejos mitos como los de esas personas que decían que, en tiempos de crisis, hay que trabajar más y cobrar menos. El que dijo eso, ahora está en la cárcel.

-Pero aún hay muchos que están sujetos a eso que se llama el presentismo laboral, el no marcharse nunca del puesto.

-Claro que sí, pero nadie lo quiere, ni siquiera el presentista, que es, digamos, el pelota o el que no tiene nada que hacer. Si un director o directora general trasciende de su tarjeta y controla, y ayuda, y es de los que exigen pero también dan, al ver a una persona de estas características sabe que tiene un problema. La gente efectiva termina su trabajo y hace su vida para recargar las pilas y al día siguiente ser de nuevo plenamente productiva.

-Por esas prácticas somos los europeos con los horarios laborales más largos, ¿no?

-Sí, pero es un horario mal empleado. No conozco a nadie que me haya dicho: «Yo, a partir de la hora undécima de trabajo, soy una máquina». Yo mismo, a partir de la octava, ya empiezo a decaer. Y es que no todo es trabajo.

-O sea que, a medio plazo, como en Holanda, almorzaremos a las doce un sándwich y cenaremos a las seis.

-No somos holandeses ni finlandeses ni debemos pretender serlo. Pero comer ligero es muy sano y cenar entre las siete y media y las ocho y media no está nada mal. Sobre todo si los espectáculos y las televisiones ayudan y programan su prime time a horas más razonables.

---

---

---