Un madrileño indemnizará con 4.000 euros a sus vecinos por el excesivo ruido que causaba el mal funcionamiento de su caldera

madrid / efe

SOCIEDAD

miguel souto

Los inquilinos del piso de abajo llevaban sufriendo las molestias y vibraciones de una calefacción desde el 2010

08 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Un vecino de la localidad madrileña de Coslada ha sido condenado a pagar 4.000 euros en concepto de indemnización a sus vecinos del piso de abajo por las molestias ocasionadas por los ruidos y vibraciones que generaba su calefacción.

La Audiencia Provincial de Madrid ha desestimado el recurso de apelación presentado por la defensa de José Manuel N.S. ratificando así la sentencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Coslada dictada el 24 de junio del 2014, que ya había fallado a favor de los sufridores inquilinos del piso inferior.

Una situación insufrible

Los vecinos del noveno piso del edificio del número 158 de la Calle Chile de Coslada, Sagrario C.S. y Jesús G.C., demandaron a su vecino del piso superior después de soportar desde el 2010 grandes ruidos y vibraciones persistentes e «insufribles» provocados por el funcionamiento de la calefacción.

Tras denunciar los hechos al juzgado de instrucción de Coslada José Manuel N.S. fue condenado en junio del 2014 a «realizar las obras pertinentes en sus vivienda para evitar que se siguiesen produciendo las molestias ocasionadas» y a indemnizar a sus dos demandantes con 2.000 euros a cada uno.

Según el abogado de los demandantes, Ricardo Ayala, esta sentencia reconoce que para probar los daños por ruidos basta con acreditar su existencia y su intolerancia dentro del hogar y que se pueden evitar con las obras necesarias. El propietario del sistema de calefacción todavía puede acudir a los tribunales, aunque únicamente lo podrá hacer con un recurso al Supremo.

No es la primera vez que la Justicia falla a favor de los que sufren ruidos semejantes, pues en el 2009 un juez murciano condenó a un propietario a pagar 1.500 euros a su comunidad por el exceso de decibelios de su caldera.