Un contrato modelo de uso del móvil para padres e hijos

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El Grupo de Redes Sociales de la policía nacional ha puesto a disposición de las familias un instrumento que puede ayudar a que los menores hagan un mejor uso de las nuevas tecnologías

08 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Grupo de Redes Sociales de la policía nacional ha puesto a disposición de las familias un instrumento que puede ayudar a que los menores hagan un mejor uso de las nuevas tecnologías: un contrato modelo entre padres e hijos en el que estos se responsabilizan del uso que van a hacer de esa puerta al universo digital.

El contrato está a disposición del público en la página web http://ow.ly/d/3jsb. Allí, el menor que acceda a su teléfono inteligente hará figurar su nombre y una serie de compromisos:

Comprar el móvil juntos. Padres e hijos adquirirán el aparato juntos, y lo configurarán conjuntamente, para que todos los firmantes conozcan las capacidades del teléfono.

Compromiso con la norma. El nuevo usuario se compromete a utilizar el aparato siguiendo las leyes y las normas de su centro educativo. Y también a usarlo con respeto y educación en el ámbito familiar.

Compartir contraseñas. El joven titular informará a sus padres de las contraseñas de las aplicaciones del aparato.

Respeto a la intimidad. Los padres se comprometen a no inmiscuirse en la intimidad del menor en cuanto a los mensajes que intercambie con amigos.

Cuidar las relaciones. El nuevo usuario se abstendrá de agregar a ningún desconocido.

Fuera del dormitorio. De noche, el nuevo usuario dejará cargando el móvil, tableta o aparato del que se trate, y no lo llevará jamás a la cama.

No acoso. No insulto. También se compromete a no acosar ni insultar a nadie a través de las redes sociales ni a través de los servicios de telefonía móvil. E igualmente se compromete a responder siempre a las llamadas de sus padres.

Padres e hijo disponen de un espacio para firmar al pie del documento. Esta formalidad, según la policía, facilita que el menor se considere responsable. El documento sigue un mecanismo psicológico que hizo célebre la escritora norteamericana Janell Burley. Ella añadía una primera cláusula distinta: «Es mi teléfono. Yo lo compré. Yo lo pagué. Yo te lo presto». Y añadía una última también distinta: «Meterás la pata. Te quitaré el teléfono. Nos sentaremos y hablaremos sobre ello. Volveremos a empezar. Tú y yo siempre estamos aprendiendo. Somos un equipo».