Un proyecto gallego busca mecenas para desarrollar fármacos para la pancreatitis

Raúl Romar García
R. ROMAR REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

USC

Fue seleccionado para entrar en la plataforma de micromecenazgo del Fecyt

16 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Episodios de intenso y agudo dolor abdominal con problemas digestivos que tienden a cronificarse en una progresiva degeneración del páncreas que suele producir diabetes e incluso puede desencadenar en un cáncer en este órgano. Es la pancreatitis, una enfermedad inflamatoria de la que se diagnostican unos 2.000 casos al año en España, principalmente en personas de entre 30 y 40 años, y para la que no existe ningún tipo de cura. Solo se tratan los síntomas, los dolores agudos, con analgésicos que alivian el malestar, pero que no lo solucionan. No existen, a día de hoy, medicamentos específicos para la pancreatitis, pero en su mano está que algún día puedan llegar a descubrirse. Es el reto que ha propuesto el Grupo de Investigación en Farmacología de las Enfermedades Crónicas (CDPharma) de la Universidade de Santiago, que busca el apoyo ciudadano para diseñar nuevos fármacos que puedan resultar efectivos contra la enfermedad.

Su proyecto ha sido seleccionado por la plataforma Precipita (www.precipita.es) promovida por la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (Fecyt) para recabar la colaboración de los particulares y empresas en la financiación de la investigación. Los donativos, a partir de diez euros, pueden tramitarse en la propia página web. El objetivo es llegar a recaudar 25.000 euros, una ayuda muy modesta para poder desarrollar un fármaco, pero sí suficiente como para continuar con la línea de investigación del equipo gallego, sufragar el coste de los reactivos y poder contratar a tiempo parcial durante dos años a la persona que se dedicará de supervisar y diseñar la experimentación. El grupo completará la inversión con fondos propios y con otros proyectos de organismos oficiales que espera conseguir.

El problema en el caso de la pancreatitis, es que se conoce muy poco de la enfermedad. Aún no se sabe qué la causa ni cuáles son los mecanismos moleculares involucrados en ella, una investigación básica, pero fundamental para definir a qué dianas del organismo lanzar las moléculas con potencial terapéutico que se prueben en el proyecto. Es un trabajo, en todo caso, en el que el equipo gallego cuenta con una amplia experiencia. No parte precisamente de cero en este nuevo reto. «Levamos máis de trinta anos traballando no estudo das bases moleculares de diversas patoloxías crónicas», explica Manuel Campos Toimil, el coordinador del grupo.

Su objetivo inicial, a partir de los hallazgos del conocimiento básico, consistirá en el desarrollo de un modelo experimental válido para las fases preclínicas y que permita predecir la efectividad de las moléculas que se ensayen y que en su mayor parte forman parte de la quimioteca del departamento de Química Orgánica de la Facultad de Farmacia. La inexistencia de este sistema es, precisamente, uno de los grandes problemas que ahora existen a la hora de desarrollar fármacos para esta patología. «Carecemos de un modelo experimental óptimo en las fases preclínicas que nos permita predecir la efectividad de nuevas moléculas para su uso como fármacos», apunta María Luaces, que participa en el equipo.

Una vez establecido el modelo es cuándo se podrá llevar a cabo el verdadero objetivo del proyecto, en sus fases más avanzadas, que no es otro que analizar el papel de los potenciales agentes terapéuticos que puedan revertir la enfermedad. «A idea sería poder levar os fármacos ata unha fase preclínica en animais e logo poder chegar a algún tipo de colaboración ou acordo para poder facer os ensaios en pacientes», precisa Campos Toimil.

El efecto del tabaco

A nivel de investigación, el equipo gallego colaboró en los estudios que demostraron por primera vez que el tabaco tiene un efecto directo sobre las alteraciones celulares asociadas a la pancreatitis. Esta enfermedad se ha ligado habitualmente al consumo excesivo de alcohol, un factor de riesgo que se mantiene, pero al que ahora habrá que añadir el tabaco. Dejar de fumar, según un estudio pendiente de publicar de este grupo, puede ser clave en la prevención.