Alejandro Cardesín: «Buscaremos huellas de vida en Marte»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Este ingeniero gallego de la Agencia Espacial Europez es el responsable de operaciones de la inminente nueva misión al planeta

07 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Lleva diez años trabajando en la Agencia Espacial Europea (ESA) y puede considerarse un afortunado: ha participado, en mayor o menor medida, en casi todas las misiones de exploración al sistema solar, desde Marte y Venus al cometa Churyumov-Gerasimenko, pasando por la que se está preparando a Júpiter. El ingeniero de telecomunicaciones Alejandro Cardesín Moinelo (A Coruña, 1980) es el actual responsable de operaciones de Mars Express y lo será de Exo Mars, la nueva aventura de Europa al planeta rojo que despegará en marzo. Cardesín hablará de su trabajo en una charla que ofrecerá mañana, a las seis de la tarde, en la Escuela de Ingeniería de Caminos de A Coruña, organizada por el Master en Ingeniería de Estructuras y Materiales Aeroespaciales de la UDC.

-La misión «Mars Express», aún en activo después de doce años, marcó un hito en la exploración espacial. ¿Por qué?

-Fue el primer satélite europeo que orbitó otro planeta y demostramos que Europa estaba al mismo nivel tecnológico que los americanos y rusos. Y, además, lo logramos al primer intento.

-Ahora preparan «Exo Mars», que se dividirá en dos fases, la primera prevista para marzo y la siguiente para el 2018, ¿cuál es el objetivo en este caso?

-Queremos demostrar que Europa también puede aterrizar en Marte. En la primera fase lanzaremos un orbitador con un lánder, una sonda de aterrizaje con el objetivo de demostrar la capacidad tecnológica de la industria europea de aterrizar en Marte y de realizar medidas de superficie.

-Y el siguiente paso será desplegar un «rover».

-Si, aquí el objetivo ya no será solo aterrizar y tomar medidas, sino navegar y movernos por la superficie de Marte. Exo Mars es un programa muy ambicioso con el que pretendemos establecer las bases de la futura exploración al planeta.

-A nivel científico, el objetivo es encontrar signos de vida pasada. ¿Puede explicarlo?

-Entre la comunidad científica está aceptado que Marte albergó en el pasado una atmósfera y un océano líquido, con lo que existían condiciones para la vida. Nosotros queremos encontrar alguna huella, algún posible signo de vida del pasado marciano.

-¿Cómo lo harán?

-Buscando en la superficie, en los sustratos por debajo de la superficie de Marte, y también en su atmósfera. Buscaremos en particular gases marcadores de vida, trazas de gases como el metano, que se supone que no debería existir en Marte, pero que la Mars Express descubrió que sí existe.

-¿Cree posible que Marte albergue vida hoy en día?

-Es imposible que exista vida, al menos tal y como la conocemos en la Tierra. La teoría indica que quizás podría haber vida microbiana en el subsuelo. Por ello Exo Mars llevará un taladro que podrá analizar muestras de hasta dos metros de profundidad. Buscaremos si hay pruebas de agua líquida, porque el agua es el ingrediente principal para la vida.

-Todas estas misiones son de preparación para un desembarco humano al planeta rojo. La NASA insiste en que será posible enviar una misión en la década de los 30. ¿Usted también lo cree?

-Para ello tendremos que demostrar primero que se puede aterrizar allí de forma segura, operar de manera autónoma en su superficie, coger muestras de material y traerlas a la Tierra.

-¿Pero cuándo llegaremos?

-Estamos todos de acuerdo en que será posible en 20 ó 30 años, pero todo dependerá del apoyo financiero. La tecnología está casi lista para poder hacerlo, pero se necesita mucho dinero. Si lo tenemos, en 20-30 años será posible.

-¿Será difícil que lo haga un país en solitario?

-Sí. Enviar humanos a Marte será una misión internacional, porque supone muchísimo dinero y casi ninguna agencia podría afrontarlo en solitario.

-Usted también participó en la misión «Rosetta». ¿Dan por perdido el robot «Philae»?

-Ahora mismo se están estudiando más posibilidades para recuperarlo, aunque es muy complicado porque cada vez se aleja más del Sol y llega menos energía. En cualquier caso es un éxito porque no estaba previsto que funcionara más que unas pocas horas después del aterrizaje. Rosetta es uno de los mayores éxitos en el programa espacial de los últimos 15-20 años.