Oviedo cierra su autopista de acceso por primera vez por alta contaminación

n. blanco REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

ELOY ALONSO | REUTERS

La ausencia de lluvias y el elevado tráfico dispararon las alarmas en la ciudad

08 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El Ayuntamiento de Oviedo mantiene por segundo día consecutivo cortado al tráfico los accesos de entrada y salida a la autopista de la ciudad, la Y, en un decisión sin precedentes que se ha tomado ante el alto nivel de contaminación en el aire. Las alarmas empezaron a saltar hace cinco días, pero lejos de mejorar la situación fue a peor, lo que obligó a la alcaldía a tomar una decisión sin precedentes en la ciudad a instancias de la Consejería de Medio Ambiente e Infraestructuras, que fue quien lanzó la alerta.

Antes de tomar la decisión «drástica» de interrumpir el tráfico, el Ayuntamiento buscó otros culpables a lo largo de la semana. «Indagamos si las partículas podían proceder de la central térmica de Soto de Ribera», explicó al diario El Comercio el concejal Ignacio Fernández del Páramo. Una vez que se descartó la eléctrica como origen de la contaminación se hicieron comprobaciones de la propia estación de medición de la polución, situada en el Palacio de Deportes, «por si hubiese interferencias». Pero no había errores.

Lo extraño, sin embargo, es que la situación se produce en pleno puente, cuando, en teoría, la circulación de vehículos es más baja. Pero ocurre que tanto Oviedo como el resto de Asturias llevas varios días sin lluvia, lo que contribuye a eliminar la contaminación, y los vientos que se han registrado son flojos, por lo que tampoco se ha producido un desplazamiento de la boina de gases como los dióxidos de azufre, carbono y nitrógeno y de las partículas en suspensión, especialmente peligrosas para la salud. Este último valor, en el caso concreto de las partículas PM10, es el que llegó a duplicarse con respecto a las recomendaciones, ya que si la normativa fija un máximo de 40 microgramos por metro cúbico, el domingo se alcanzaron valores de 99 microgramos y ayer de 57.

No solo Oviedo sufre episodios de alta contaminación, sino que también ocurren en Avilés y Gijón. En esta última urbe la Consejería de Medio Ambiente estuvo a punto de activar la alerta en dos ocasiones, lo que llevaría a adoptar acciones semejantes a las tomadas en Oviedo, pero al final se rebajaron los niveles. Hoy, con la lluvia, está previsto que se levante la medida en la capital. Las partículas en suspensión (polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas...) no se solo se generan como un subproducto del motor de los coches, ya que también están vinculadas a la actividad industrial.

Sin problemas en Galicia

Una situación parecida podría haberse producido en las urbes gallegas, pero no ha sido el caso, porque la Rede de Calidade do Aire, desde la que se realiza el seguimiento, no ha detectado ningún problema y la situación se considera como «boa». Además, si hubiera alguna anómala concentración de partículas el viento registrado ayer se hubiera encargado de desplazarlas, lo que también harían las lluvias que se esperan para hoy.

Un triángulo con muchos humos

La autopista Y es el principal nudo de comunicación de Asturias. Y une a sus principales urbes: Avilés, Gijón y su capital, Oviedo, conformando una Y casi perfecta. La vía fue pionera en las comunicaciones españolas: primero, por estar libre de peaje, y segunda, porque los ingenieros instalaron un firme experimental de hormigón que, quien haya circulado por la autopista, conocerá de sobra por el zumbido que produce el rozamiento de las ruedas. Un 70 % de los asturianos la utiliza alguna vez para sus desplazamientos en coche. Los tubos de escape generan polución, pero no son los únicos. Del poco más del millón de habitantes de Asturias, la zona central concentra más del 60 % de la población total asturiana. A las emisiones propias urbanas hay que añadir el gran peso industrial que todavía tiene Asturias, a pesar de varias reconversiones y la agonía de la minería. Ahora ya no cae hollín sobre la ropa tendida ni sobre los coches, pues no hay prácticamente pozos mineros, sino que son las industrias pesadas las causantes del aire enrarecido. Los ecologistas locales llevan años denunciando la pésima calidad del aire de sus ciudades. Siderúrgicas (Ensidesa, Arcelor Mittal), químicas, térmicas (Aboño, Lada), toda una larga lista de plantas contaminantes que cuelgan en el cielo asturiano cantidades alarmantes de PM10 y PM5, partículas finas muy nocivas. Reflejo de ello es que el número de cánceres se ha disparado. Desde hace unos años la zona central de Asturias se sitúa en el top ten de las zonas más contaminadas de España, con valores superiores a Madrid y Barcelona. Junto a Huelva y el cinturón industrial de Bilbao, el entorno de la Y supera año tras año el nivel de emisión de partículas que recomienda la OMS. La geografía tampoco ayuda a limpiar el ambiente, pues los vientos predominantes llevan la contaminación a los perímetros urbanos y la cordillera Cantábrica hace de pantalla, sin que los humos encuentren una salida fácil. A ello hay que sumarle el cambio climático. Cada vez llueve menos, y la lluvia, guste o no, también limpia.