París vive un hito: 150 líderes contra el cambio climático

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

IAN LANGSDON | Afp

Su asistencia a la cumbre de la ONU es un gesto inédito, pero que no garantiza un acuerdo final

01 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Nunca estuvo en juego algo tan importante en una reunión internacional, porque se trata del futuro del planeta, del futuro de la vida». El presidente de Francia, Françoise Hollande, se ajustó ayer de forma milimétrica al guion de las cumbres del clima que se vienen celebrando desde 1995: frases grandilocuentes con mensajes para la posteridad, pero hasta el momento de muy limitada efectividad. Nada nuevo si no fuese porque esta frase fue pronunciada en la sesión inaugural de la conferencia de la ONU de cambio climático (COP21), cuando lo habitual es que los líderes políticos se suman a las negociaciones al final de la segunda semana de reuniones, y porque Hollande no estaba solo.

Su discurso fue seguido, en un hecho inédito, por el de otros 150 jefes de Estado y de Gobierno que escenificaron en una foto para la historia que, por primera vez, parecen estar dispuestos a pasar de las palabras a los hechos para frenar el cambio climático. Fue la mayor concentración de líderes mundiales «en un mismo lugar en el mismo momento».

Consciente del hito histórico, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reconoció por primera vez el papel de su país en el cambio climático. «He venido aquí personalmente para decir que EE.UU. no solo reconoce su papel en la creación de este problema, sino que también asumimos la responsabilidad de hacer algo para remediarlo», dijo, sin dejar de lado su característico tono grandilocuente. «Estamos -añadió- en el momento en el que decidimos firmemente salvar nuestro planeta». Menos pomposo y más práctico se mostró el presidente chino, Xi Jinping, que, junto con Obama, se ha erigido en uno de los líderes de las negociaciones, lo que restará protagonismo al papel estelar que hasta ahora asumía la UE, aunque en el fiasco de la cumbre de Copenhague del 2009 ya había quedado diluido por el empuje de las dos superpotencias.

Jinping se mostró a favor de un acuerdo global, pero al mismo tiempo esbozó lo que pueden ser los principales escollos de las negociaciones: el carácter vinculante del acuerdo, con efectos jurídicos, y la desigual responsabilidad que deben tener los países ricos y los que están en fase de desarrollo en la lucha contra el cambio climático. «Es absolutamente esencial respetar las diferencias que existen entre los países», dijo en alusión a que el mayor peso de reducción de las emisiones debe recaer en los países ricos, los contaminadores históricos. Fue una línea en la que incidió el presidente de Ecuador, Rafael Correa. y en la que abundó el indio, Narendra Modi .«Existe una deuda ecológica que debe pagarse», dijo el primero. Y el segundo remachó: «Es justicia climática. Los países emergentes deben mantener el espacio suficiente que permita el desarrollo».

Ley española de cambio climático

Ni Obama ni Jinping hablaron de un acuerdo vinculante. Uno porque no tiene el apoyo del Congreso y el otro porque no quiere ver mermada su independencia. Sí lo hizo, en cambio, y de forma clara, el presidente ruso, Vladimir Putin, y la canciller alemana, Ángela Merkel. Esta última también apeló a la necesidad de «lograr una descarbonización de la economía de gran alcance», por lo que el compromiso de París no solo supondrá un freno al cambio climático, sino también el primer paso hacia un nuevo modelo energético impulsado por las fuentes renovables. Será el inicio de una «economía baja en carbono», por la que también apostó el presidente español, Mariano Rajoy, que anunció, para lograrlo una futura ley sobre cambio climático. España también se comprometió a aportar 120 millones de euros para el Fondo Verde del clima de aquí al 2020.