París, contra el saqueo de Mesopotamia

Alexandra Fernández PARÍS

SOCIEDAD

El Louvre se ofrece a crear un «museo en el exilio» para el arte de Siria e Irak

30 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La ministra de cultura de Francia, Fleure Pellerin, solicitó este miércoles a la comunidad internacional la toma de medidas contra el tráfico de arte que está llevando a cabo el Estado Islámico. En la conferencia de la Unesco, en la que se dieron cita los ministros de Cultura europeos, Pellerin insistió en la importancia de evitar la destrucción del patrimonio sirio e iraquí.

La entrada de Francia en la guerra contra la yihad ha obligado al Ejecutivo de Hollande a plantear soluciones contra la financiación terrorista, y ello pasa por desmantelar el mercado ilegal de sus botines de guerra. El llamamiento a la protección del arte de los territorios invadidos por el Estado Islámico ha pasado relativamente desapercibida. Según Le Figaro, tan solo representa un 3,2 % (unos 30 millones de euros) de la financiación total del grupo terrorista, frente al tráfico de petróleo, gas, fosfato y a las extorsiones, que juntos suman alrededor de 1.750 millones de euros. Pero las consecuencias del expolio son devastadoras.

No todo se destruye

La región mesopotámica contiene los restos de algunas de las civilizaciones más antiguas de la historia de la humanidad. La riqueza cultural de la zona, por la que han pasado incontables pueblos a lo largo de los siglos, es inconmensurable. Su destrucción por parte del EI no es accidental, sino una deliberada estrategia para suprimir la identidad nacional y cultural de los territorios que toma. Palmira es la víctima más sonada. La joya arqueológica siria fue destruida en mayo, y su anfiteatro, usado para ejecuciones públicas. Pero no todo ha sido destrucción. Bustos grecorromanos y joyas procedentes de sus templos fueron encontrados en el mercado internacional del arte.

El miedo a que lo acontecido en Palmira tenga continuidad ha llevado a Francia a ofrecer derecho de asilo a las obras provenientes de Siria e Irak. Esta propuesta incluiría la creación de un «museo en el exilio» en el Louvre. Las obras refugiadas en Francia serían expuestas en el icónico museo francés y los beneficios irían directamente a la recuperación del patrimonio nacional de los países invadidos por el EI. La iniciativa ya fue llevada a cabo durante la guerra de Afganistán, y se recaudaron 3 millones de euros que fueron donados directamente al museo de Kabul.

«Gracias a la fotografía por satélite nos damos cuenta del saqueo en los sitios arqueológicos», explica en FranceInfo Jean-Luc Martinez, director del Louvre. «Vemos un buen número de huecos. Sabemos que Daesh funciona como un Estado y que ha creado una especie de directiva de antigüedades. Autorizan un saqueo si no se paga». El director, que presentó un plan con cincuenta medidas para combatir la situación, ya piensa en la reconstrucción. «Ante la gente que quiere destruir el pasado, podemos afirmar que estamos trabajando en las labores que vendrán tras la guerra». La preservación del patrimonio cultural de Siria e Irak es crucial. De no asegurarla, cuando los refugiados regresen no encontrarán su patria, sino los restos del Estado Islámico.