La clave para tratar el cáncer puede llegar de la genética de los elefantes

r. r. garcía REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

XOÁN A. SOLER

Resuelto el enigma de por qué los paquidermos apenas sufren tumores pese a tener cien veces más células que las personas

09 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los elefantes tienen una esperanza de vida, en torno a los 70 años, similar a la de los humanos, pero en su organismo tienen cien veces más células que las personas. Si se aplicara la lógica, los paquidermos tendrían cien veces más probabilidades que los humanos de desarrollar un cáncer, porque a mayor edad, mayor riesgo de acumular mutaciones causantes de tumores y a mayor número de células, más riesgo. Pero sucede que este gran mamífero se escapa a cualquier razonamiento y es un animal que, a diferencia de los humanos, apenas enferma de cáncer.

Los elefantes son un auténtico enigma andante que intriga desde hace décadas a los científicos, sin que hasta el momento hayan podido encontrar una explicación que, de paso, ayude a desarrollar terapias anticancerígenas más efectivas. Pero el enigma se ha resuelto ahora: la clave de su protección contra los tumores es que disponen de 38 copias modificadas adicionales (alelos) del gen que codifica la proteína p53, que funciona como un supresor de tumores. Los humanos, por contra, solo tenemos dos. Las conclusiones de la investigación, liderada por científicos de las universidades de Chicago y Utah, se han publicado en la revista Jama. Esta protección extra otorga a los paquidermos un mecanismo más sólido para matar las células dañadas que están en riesgo de convertirse en cancerosas.

Bloqueo de la enfermedad

En las células de elefantes estudiadas, la actividad de este mecanismo se duplicó en comparación con las de las células humanas sanas y fue cinco veces mayor que las de los pacientes con síndrome de Li-Fraumeni, que solo tienen una copia funcional del P53, por lo que tienen mucho más riesgo de sufrir un cáncer.

«La naturaleza ya ha descubierto la manera de prevenir el cáncer. A nosotros nos toca estudiar la forma en la que la biología de diferentes animales se enfrenta al problema y así adaptar esas estrategias para prevenir la formación de tumores en humanos», explica Joshua Schiffman, oncólogo pediátrico en la Universidad de Utah y coautor del trabajo.

En el estudio también se demostró que cuando los mismos genes involucrados en esta acción protectora fueron activados en ratones, estos desarrollaron la misma resistencia al cáncer que los elefantes, lo que sugiere que este método podría ser utilizado en el futuro para bloquear la propagación de la enfermedad en pacientes humanos.

«Por lógica, los elefantes deberían estar desarrollando una enorme cantidad de tumores y estar extinguidos a estas alturas, pero creemos que su producción de p53 es la manera natural que tiene esta especie para mantenerse con vida», indica Schiffman.