Portazo a los dogmas

SOCIEDAD

02 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La puerta de mi despacho está abierta. Es una frase hecha que suelen emplear quienes ocupan una posición de superioridad o privilegio. Francisco, sin embargo, le ha dado un nuevo significado al acoger en su oficina a aquellos que tradicionalmente la Iglesia ha rechazado, a quienes eran denigrados, acusados de «actos impuros» e incluso excomulgados. Homosexuales, divorciados, teólogos de la liberación, obispos contrarios a la doctrina oficial... todos caben en la casa de Dios, aunque no sigan sus pasos. La medida aprobada ayer no es una legalización del aborto, ni siquiera lo justifica, aunque reconozca los «condicionamientos» de las mujeres que tuvieron que recurrir a ello. El aborto nunca dejará de ser un pecado para la Iglesia -todo club tiene sus reglas-, pero al menos queda la posibilidad del perdón. Y así, de un portazo, Francisco está acabando con todos los dogmas del catolicismo.