Un «sí, quiero» sobre silla de ruedas

aris gonzález, c. Cortés MONFORTE / LA VOZ

SOCIEDAD

FOTO CHEMA

Los gallegos Daniel Outeiro y Teresa Díaz se casaron la semana pasada en Monforte y demostraron con su boda que en el amor no hay barreras

29 jul 2015 . Actualizado a las 11:12 h.

Ella, de blanco, con una orquídea adornando su muñeca y un tocado en el pelo. Él, de traje y corbata. Y los dos con la mejor de las sonrisas que podrían tener el día de su boda. Teresa Díaz y Daniel Outeiro se dieron el «sí, quiero» en el ayuntamiento de Monforte la semana pasada. El recelo que tenían sus familias ante la celebración de la boda no logró frenar su deseo de formalizar su relación en el concello, como una pareja cualquiera porque, como dice Daniel, «al dar este paso mostramos que nuestra vida es normal, como la de cualquiera». Y añade: «Aún hay gente que piensa que las personas como nosotros deben de estar en un centro, pero podemos estar en una casa, hacer una vida normal, aunque nos tengan que ayudar en algunas cosas».

Sobre sus sillas de ruedas, esta pareja con discapacidad física demostró que en el amor no hay barreras, que no importa qué pueda pasar. «Los obstáculos únicamente están en la mente», sostiene él.

Los nervios no faltaron durante la ceremonia, pero lograron controlarlos gracias al buen humor y al cariño que se tienen el uno al otro. Eso se les veía en la cara, en los gestos que se profesaban.

Pilar López, concejala del BNG, fue la encargada de oficiar la ceremonia. Ella ya conocía a los recién casados y admite que «son un exemplo a seguir e nos dan moitas leccións de vida». Su trabajo consistió en celebrar «unha voda como outra calquera, con ese grao de superación diaria que teñen», asegura con cierta admiración.

Teresa y Daniel llevan juntos desde hace tiempo y con esta unión pretenden compartir toda una vida en compañía el uno del otro. A la boda acudieron una treintena de amigos y familiares que no quisieron perderse el gran día de la pareja. ¡Cómo iban a hacerlo! Además, los dos siempre se han preocupado por intentar mejorar las condiciones de vida de las personas con discapacidad y han hecho campañas al respecto.

En la boda no faltaron las risas, ni un guiño a esa vieja costumbre de engalanar el coche nupcial con carteles o latas colgando. Ellos colocaron el cartel de «recién casados» en el transporte que los lleva todos los días de aquí para allá. Basta ver la imagen. Y, como muchas otras parejas de novios, posaron para su álbum de boda en el paseo del Malecón, junto al río Cabe.