Las estatuas de la Isla de Pascua no son solo cabeza

JACOBO CASTRO / D.S. REDACCIÓN

SOCIEDAD

Una investigación arqueológica muestra los cuerpos de algunos «moáis» enterrados en la ladera del volcán Rano Raraku

21 jul 2015 . Actualizado a las 15:23 h.

Todo el mundo, aunque sea por imágenes, conoce las famosas cabezas de piedra que podemos encontrar en la Isla de Pascua o Rapa Nui, que son conocidas como «moáis». Estas esculturas, que alcanzan los cuatro metros de altura y cuentan con un peso que supera las 10 toneladas de peso, están compuestas por piedra monolítica y fueron labradas en toba del cono volcánico Rano Raraku, por nativos de la isla de Pascua. Estas figuras deben su gran fama, en parte, al reclamo turístico que suponen.

Estas famosa figuras han vuelto a la actualidad porque un grupo de arqueólogos del Easter Island Statue Project, con la dirección de Jo Anne Van Tilburg, de la Universidad de California, han desenterrado los cuerpos de estos moáis de los que solo se conocía la cabeza y que estaban localizados en la cantera del volcán Rano Raraku. En esta zona quedan un número cercano a 150 estatuas, que se encontraban enterradas a varios metros de profundidad, de las que solo se podían ver la cabeza y parte del torso.

Desde 1914 se intuía que estas figuras tenían algo más que una cabeza, ya que se veían los hombros, sin embargo, no se ha sabido que eran tan grandes hasta ahora. Su enormidad ha permitido su supervivencia y que no hayan sido robadas. Según afirmó Jo Anne Van Tilburg al portal Artnet News «existen 150 estatuas enterradas hasta los hombros en la ladera de un volcán, que se corresponden con las figuras más bellas de la Isla de Pacua. Todo el mundo pensaba que el resto de estatuas solo eran cabeza». El director de la investigación explica que «el comienzo de excavaciones multiplicó el interés por este tema, por lo que en 2012, la web del proyecto, que contaba con poco tránsito hasta ese momento, empezó a recibir tres millones de visitas al día».

Estas excavaciones son las primeras abiertas al público, mientras se realizan investigaciones sobre sus extrañas escrituras. En cuanto a por qué están enterradas, los expertos afirman que no fue cosa del hombre, sino que ha sido cosa del tiempo y de los elementos.