La guerra de precios fomenta el desabastecimiento de los fármacos

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

PACO RODRÍGUEZ

El ajuste de costes desanima la producción de los menos rentables

19 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada día faltan unas 200 presentaciones farmacéuticas en España, y para acceder a ellas hay que echar mano de las existencias almacenadas, pedirlas a otro país o adquirirlas de otra marca. Pero en ocasiones ni siquiera se puede optar a lo anterior, y el enfermo debe asumir que le cambien el tratamiento.

¿Qué ocurre? Y, sobre todo, ¿por qué? Emili Esteve, director técnico de Farmaindustria (la asociación que agrupa a los laboratorios en España) relativiza en primer lugar el problema -«faltan 197 códigos [en España] sobre un total de 18.000»-, y después enumera tres causas principales para la escasez: de fabricación, que por algún motivo haya un problema en la planta que paralice temporalmente la producción; de tráfico ilegal, que el producto salga de fábrica pero no llegue al paciente porque alguien lo venda al extranjero de forma fraudulenta; y de rentabilidad, que la rebaja del precio establecido por el Ministerio de Sanidad sea tal que no compense fabricarlo.

En el hospital y en la botica

Este último punto es la piedra angular de la escasez, porque si un laboratorio tiene un problema físico en una planta tal vez decida no solucionarlo y cerrarla si los productos que fabrica no le dan ganancias porque son excesivamente baratos. Y es el bajo precio un elemento común entre muchos de los fármacos con peor abastecimiento. Julio Martínez Cutillas, farmacéutico del hospital Vall d?Hebrón y presidente de la Sociedad Catalana de Farmacia Hospitalaria, reconoce que «la mayor parte de los fármacos que faltan son muy baratos». Entiende por eso que «hay que revisar al alza los medicamentos por debajo del coste de producción» para que no ocurra, por ejemplo, que pacientes con esquizofrenia se queden sin su pastilla, porque son enfermos que llevan mal los cambios en la medicación; o que haya que dividir las dosis, como ocurrió con la vacuna BCG de uso oncológico, que algunos enfermos recibieron la mitad.

En las boticas, los farmacéuticos se enfrentan también a problemas parecidos, como recuerdan desde el colegio de Ourense. Héctor Castro, presidente del de A Coruña, reconoce que la escasez se hizo más visible en los últimos años, y que muchas veces se soluciona «por el compromiso del farmacéutico con sus pacientes», que busca soluciones o llama a compañeros para encontrar el medicamento necesario.

¿Cuáles son los productos con más faltas? Martínez Cutillas y la sociedad que preside -que denunció la situación a través de un escrito que la Academia de Ciencias Médicas y de la Salud de Cataluña apoyó y difundió- habla de medicamentos para la deficiencias de potasio o magnesio, para el infarto, de salud mental (esquizofrenia y depresión), derivados de la cortisona (ayuda con la quimioterapia, reumatismos e incluso para evitar el rechazo de los trasplantes), o contra el hipogonadismo.

En el escrito de denuncia, Cutillas pide que se investiguen las causas y se cree un plan de trazabilidad del medicamento -dónde está cada caja en cada momento del proceso- y además que se revise la política de precios oficiales, que bajan en exceso los márgenes de los productos.

Jarabes no son pastillas

Los laboratorios coinciden en que esa es la clave. Emili Esteve pone un ejemplo: «Si un medicamento tiene un genérico se baja el precio del producto; pongamos que se presenta en dos formatos, en pastillas dentro de un blíster y en jarabe [para niños]. El ministerio rebaja ambas presentaciones en un 40 %, sin asumir que un jarabe es más caro de fabricar que una pastilla, porque no solo la tecnología es más complicada sino que el envase [así como su almacenamiento y distribución] es más caro. Los laboratorios de genéricos extranjeros no producen el jarabe, pero nosotros sí, y no podemos negociar su precio». ¿Y no pueden asumir pérdidas en un producto concreto si ganan con todos los demás? La respuesta de Esteve es tajante: «En el ámbito empresarial no se puede pretender que una compañía tenga la obligación de comercializar un producto que no es rentable porque tenga otros que sí lo son».

Que el problema es de gran magnitud y global lo indican dos estudios recientes. Uno fue hecho en la Universidad de Utah, y dice que en el último lustro la falta de medicinas ha crecido en Estados Unidos un 75 %, y que aunque se conocen las causas por las que falla el abastecimiento -que coinciden con las enumeradas por Esteve-, en un 45 % de los casos no se sabe por qué falta el producto. En Europa, una encuesta de la Asociación Europea de Farmacia Hospitalaria indica que en el 86 % de los centros -se consultaron 600 de 36 países- sufren con frecuencia problemas de abastecimiento, y que en el 66 % de los hospitales la escasez es semanal o incluso diaria.

Tres causas

Fabricación

Inevitables. Siempre hay imprevistos: la suspensión de la fabricación de un componente, el incendio en una fábrica, una inspección que detecta deficiencias en la planta...

Negocios

Tráfico ilegal. Una farmacia o distribuidora hace acopio de un fármaco y lo vende en el extranjero a un precio más alto. Ocurrió con el lucense Jorge Dorribo.

Rentabilidad

Hacer negocios. Hay fármacos que no son viables, con los que el laboratorio pierde dinero. El motivo es que se incorporan al sistema de precios de referencia y este cae un 60 o 70 %.