«Nuestra misión es mantener la presencia española en la Antártida e investigar»

Aunque natural de Madrid, por sus venas corre sangre gallega. A fin de cuentas, su madre es de Santiago, al igual que su mujer, mientras que sus dos hijos son de Vigo. A sus 45 años, los dos últimos en la Brilat de Pontevedra, el comandante Alberto Salas se convertirá en otoño en el primer militar de esta unidad en dirigir la Campaña Antártica.

-¿Qué supone esto?

-Es una mayor responsabilidad y aliciente. No es lo mismo ir como jefe de un contingente, aunque sea de trece personas, que ser un componente. Es un aliciente mayor porque somos personas que amamos la responsabilidad. Y está la sana ambición por ir más allá.

-¿Cómo solicitó esta misión?

-Tuve conocimiento en la Academia General Militar. Es una semilla que está ahí y que va germinando. Este fue el quinto año consecutivo que pedía la campaña. Uno solicita la comisión de servicio, seleccionan a cinco candidatos y tres son presentados al segundo jefe del Estado Mayor del Ejército, quien decide. Yo hice tres entrevistas.

-Irán en el verano austral, pero de verano tiene poco...

-No se parece en nada. Las temperaturas mínimas vienen siendo entre 7 y 11 grados bajo cero, pero luego tenemos el efecto del viento. En función de su velocidad, la reduce en varios grados y podemos alcanzar los 18 bajo cero.

-¿En qué consiste la misión?

-Lo primero, mantener la presencia de España en territorio antártico. Luego, colaborar con el Ministerio de Industria en el desarrollo de investigaciones en la isla Decepción; mantener las infraestructuras, materiales y equipos de la base; desarrollar investigaciones específicas del Ejército de Tierra. Y por último, difundir la propia campaña.

-¿A qué dedicarán el tiempo libre? Porque jugar al fútbol o baloncesto será complicado.

-Muy complicado. El protocolo ambiental antártico es muy estricto y los movimientos por la isla están muy regulados. Los deportes no se contemplan, pero es que no contemplo tiempo libre más que, a lo mejor, algún domingo por la tarde. Todo el mundo tiene su cometido fundamental asociado a su puesto, pero luego tenemos el apoyo a los científicos, con desplazamientos por tierra y mar. Decepción es un volcán cuyo cráter ha roto por un extremo, por el que ha entrado el mar.

-Y está activo.

-Sí. Nosotros estudiamos lo que es la valoración de la amenaza y la más directa sería el volcán y la secundaria, las condiciones atmosféricas. Llevamos un equipo sismológico y otro de vulcanólogos. Son los responsables de detectar los cambios de actividad sísmica y, en su caso, dar la voz de alarma. Es una cuestión seria, que vigilamos las 24 horas del día.

-¿Podré apadrinar un pingüino?

-Sí. Se agradece mucho que niños y no tan niños soliciten el apadrinamiento a través de un correo electrónico. En tiempo real, le mandamos un certificado del pingüino, una foto y el nombre que le han puesto.

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