El papa sugiere que la Semana Santa se celebre siempre en la segunda semana de abril

La Voz AGENCIAS

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GALI TIBBON | Afp

Asegura que la Iglesia Católica está dispuesta a ceder para llegar a un acuerdo con los ortodoxos para unificar la fecha

25 jun 2015 . Actualizado a las 15:24 h.

El papa anunció que la Iglesia católica está dispuesta a celebrar la Semana Santa en una «fecha fija» que podría ser la segunda semana de abril, coincidiendo el día de Pascua con el segundo domingo de este mes. «Desde el beato Pablo VI, se está buscando la unidad de la fecha de la Pascua, lo más definitivo va a tener que ser una fecha fija, que sé yo, supongamos el segundo domingo de abril», apuntó el Francisco el pasado 12 de junio durante un retiro con sacerdotes en la Basílica de San Juan de Letrán, aunque sus declaraciones se conocieron ayer.

A preguntas de los curas precisó que lo mejor es establecer una fecha fija porque si se sigue con la tradición clásica de los monasterios más conservadores ortodoxos -el domingo siguiente a la primera luna llena-, el papa considera que cada año se irá avanzando unos días y unas semanas y «se corre el riesgo de acabar festejando la Pascua en agosto, de aquí a 60 años».

Por ello insistió en que tienen que «ponerse de acuerdo» y mostró la disposición de la Iglesia católica a «renunciar al primer solsticio después de la luna llena de marzo», una propuesta que motivó el aplauso de los sacerdotes, obispos y cardenales presentes. Según recordó el papa, Bartolomé permitió en Finlandia que los ortodoxos, que son minoría, celebren la Pascua en la fecha de los luteranos, pues, si no, según el papa, es «un escándalo: ¿Cuándo resucita tu Cristo? Mi Cristo hoy, el tuyo la semana que viene», ironizó. La propuesta, sin embargo, no será fácil de llevar a cabo.

Francisco cree que a veces las separaciones son «inevitables»

El papa reconoció ayer que la separación en algunos casos «es inevitable» y hasta «moralmente necesaria», sobre todo cuando reina la violencia en el hogar, lo que representa un mensaje claro de apertura ante los retos de la familia moderna. «Hay casos en que la separación es inevitable, a veces incluso moralmente necesaria, para sustraer a los hijos de la violencia y la explotación y hasta de la indiferencia y el extrañamiento», afirmó ante los miles de peregrinos en la plaza de San Pedro.

Su mensaje se difundió un día después de que el Vaticano presentara el documento que orientará en octubre el sínodo de obispos de todo el mundo, dedicado a la familia y en el que se propone «acompañar a los divorciados y a las familias con hijos gais».

El pontífice habló de las «heridas profundas» que provoca la separación a los niños y rechazó el término de parejas «irregulares». «¿No estaremos anestesiados con respecto a las heridas del alma de los niños? Cuando más se intenta compensar con regalos, más se pierde el sentido de las heridas del alma», dijo.