Un experto asegura que los agujeros negros no son más peligrosos que saltar por un acantilado

EFE

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Roger Blandford desmonta la percepción de que son «una amenaza, que de alguna forma son malos»

02 jun 2015 . Actualizado a las 01:58 h.

Los agujeros negros «no son más peligrosos para la vida humana que saltar por un acantilado», según el investigador de la Universidad de Stanford (EEUU) Roger Blandford, quien ha señalado que desde una perspectiva cósmica estos son agentes de cambio responsables de alimentar el ecosistema galáctico.

El director del Instituto Kavli de Astrofísica de Partículas y Cosmología de la citada universidad imparte hoy en la Fundación BBVA una conferencia titulada «El universo de alta energía: rayos gamma, rayos cósmicos, estrellas de neutrones y agujeros negros». Esta conferencia forma parte del ciclo La ciencia del cosmos, la ciencia en el cosmos.

Este experto en los fenómenos más energéticos del universo ha destacado una de las confusiones más comunes respecto a los agujeros negros: la percepción de que son «una amenaza, que de alguna forma son malos», sin embargo no es así: «Los agujeros negros son buenos».

En una nota de la Fundación BBVA, Blandford ha detallado que la región del universo en que habitamos es muy tranquila, en comparación con otras dominadas por procesos en que se liberan enormes cantidades de energía: explosiones de estrellas de masa muy superior a la del Sol, choques de agujeros negros, material acelerado mientras cae dentro de un agujero negro, etc.

La investigación de estos fenómenos es un área relativamente joven en la astrofísica, pero las últimas décadas han sido muy fructíferas en el estudio de las fuentes de muy alta energía y han transformado nuestra visión del cosmos, según la misma nota.

Para cuestiones cómo qué causa el enorme brillo de algunas galaxias o qué fenómenos aceleran las partículas de altísima energía que golpean la atmósfera terrestre, ya hay una respuesta muy probable aunque «no los comprendemos aún del todo», ha relatado Blandford.

En el primer caso, la clave son los agujeros negros muy masivos, de los que se sabe que hay uno en el centro de todas las galaxias -incluida la nuestra-. En el segundo problema, la explicación está en las ondas de choque provocadas por las explosiones de supernovas. En especial el estudio de los agujeros negros ha avanzado mucho, ha indicado este investigador. Hoy se sabe que son responsables de esparcir por el universo «los elementos químicos necesarios para la vida» y que «a gran escala los agujeros negros muy masivos pueden estimular la formación de galaxias».

Los problemas pendientes en el área, sin embargo, siguen siendo numerosos, como la comprensión del proceso de alimentación precisamente de los agujeros negros súper masivos en el centro de las galaxias, el origen de los rayos cósmicos de energía ultra alta o la causa de las explosiones cortas de rayos gamma.