¿Quién quiere la casa de Darcy?

maría piñeiro REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Sale a la venta en 11 millones la mansión Wentworth Woodhouse, en la que se inspiró Jane Austen para el protagonista de «Orgullo y Prejuicio»

24 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando el futuro Jorge IV visitó en 1789 la finca Wentworth Woodhouse, la espléndida hacienda de 250 hectáreas del South Yorkshire, su dueño, el cuarto conde Fitzwilliams, la engalanó por todo lo alto y en los jardines 20.000 personas esperaban al príncipe de Gales para agasajarlo. La mansión ya era una referencia en el país, y se conocía como el Versalles inglés, no en vano tenía las mismas dimensiones (el doble de Buckingham).

Pero la casa no pasará a la historia popular por esa visita real, sino porque el anfitrión, William Wentworth-Fitzwilliam, es quien inspiró a Jane Austen el personaje del señor Darcy en su novela Orgullo y Prejuicio, el epítome de caballero en su versión británica.

Wentworth Woodhouse, que se construyó sobre una casa del siglo XVII, está formado por cinco edificios, aunque es el principal el más llamativo. Justo en paralelo y detrás hay otro bloque, más pequeño pero igualmente exquisito, con una fachada de barroco inglés. En total el complejo sumaba 365 habitaciones que finalmente se han convertido en 305 por la fusión de varias estancias. No es la única cifra estratosférica: tiene 1.000 ventanas, 8 kilómetros de pasillos y un frente de 185 metros de longitud; incluso el jardín, que ya no mide lo de antes, suma 82 hectáreas. Parte de la finca se convirtió, tras la Segunda Guerra Mundial, en una mina de carbón a cielo abierto.

Ahora la mansión resulta una compra asequible, tanto como un apartamento minúsculo frente de Hyde Park: 11 millones de euros. Eso sí, se estima que harán falta unos 60 más para ponerla en condiciones. Los dos últimos propietarios no han podido mantener el ritmo de reformas que necesita, y si el empresario Wensley Haydon-Baillies se arruinó en los pasados noventa intentando recuperar el antiguo esplendor de la hacienda, que acabó en manos de un banco suizo, los Newbold -el arquitecto Clifford Newbold, fallecido en abril, la compró en 1999- se han visto incapaces de asumir tanto trabajo. La inmobiliaria Savills tiene que encontrar ahora a quien sí se haga cargo.