El nobel de la Paz reunió en A Coruña a unas 1.500 personas
08 may 2015 . Actualizado a las 10:31 h.«Hay muchos jóvenes entre el público. Creed en vosotros mismos, soñad a lo grande para vosotros y para la sociedad. No hay motivo para deprimirse. Vosotros sois el motor del cambio». El premio nobel de la Paz, Kailash Satyarthi, animó ayer de esa manera a no quedarse quietos hasta lograr objetivos como la educación para todos o la erradicación del trabajo infantil en todo el planeta. Lo hizo durante la conferencia Educación para una sociedad sostenible: Construyendo alianza innovadora, ante un foro de unas 1.500 personas reunidas en el Pazo de Congresos e Exposicións (Palexco), de A Coruña. La intervención del nobel indio inaugura el ciclo Palabras para Galicia, organizado por Abanca.
Durante la hora que duró su discurso no dejaron de sucederse los mensajes. Antes de comenzar, el presidente de La Voz de Galicia, Santiago Rey Fernández-Latorre, recordó como hace 17 años el periódico llevó a su primera página las multitudinarias manifestaciones que se celebraron en Galicia dentro de la Marcha Global contra la Explotación Infantil que lidera el nobel. «Entonces no sabíamos que detrás se escondía un ingeniero eléctrico», explicó.
Ayer ese ingeniero eléctrico, echó mano de fábulas y recuerdos para recordar que la educación es el factor que une los cuatro pilares que hacen una sociedad sostenible: personas, planeta, prosperidad y paz. De ahí que la educación de calidad sea clave a la hora de abrir el camino para lograr el resto de derechos humanos. También para acabar con la esclavitud y el trabajo infantil.
«No podemos pensar en la paz global cuando no hay educación. A través de la educación podemos conectar a los jóvenes con la sociedad civil y las grandes empresas», explicó al tiempo que hacía números. «Cada año de escolarización mejorará las ganancias futuras de una persona entre un 15 y un 25 % cuando sean adultos, especialmente en el caso de las niñas». La paz no faltó en su discurso, como tampoco lo hizo en la intervención del vicepresidente de Abanca y presidente de Banesco, Juan Carlos Escotet, encargado de abrir el acto. para acabar el nobel apeló a la globalización de la compasión como medio para cambiar cualquier cosa.
Y antes de que la gaita de Carlos Núñez, acompañada por el violín de Antía Ameixeiras, y las voces del coro Manos Blancas Abanca Resuena cantaran la Negra Sombra de Rosalía y de que la Rianxeira sonase en toda la sala, el presidente de Abanca, Javier Echeverría, instó a que igual que el nobel ha abierto caminos, «nosotros debemos de hacer algo parecido».