Allí abajo

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MIRA Y VERÁS

SOCIEDAD

28 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Háganse al folclor que es tendencia, y háganse a la idea de que esta columna la escribo con el clavel en los labios y taconeando. Para que allí abajo, donde el tópico se hizo arte, no se líe tan parda como en la rueda de prensa de Garitano y nos podamos entender. Y mira que se ha intentado. Ya han enviado a Iñaki (Jon Plazaola) en la ficción y ha subido Dani Rovira al País Vasco para que la cosa fluya, pero ni así nos despegamos de esa visión chosca de que la gente habla su idioma para tocar los mismísimos. Como si hubiera elección posible a tener otra lengua, como si pudiera escoger Garitano otro color de ojos, otra nariz u otro nombre. Como si tuviera otra opción a llamarse Gaizka, por capricho o incluso por adaptarse a otra realidad. Garitano no puede escogerse andaluz ni puede escoger otro idioma que el que tiene. Lo único que puede hacer por respeto e interés comunicativo es adecuarse y responder en español, inglés, francés, chino mandarín o chamicuro, si los sabe, (y nos consta que el español lo maneja) cuando así le preguntan. Y lo hace. Pero le preguntaron en euskera y respondió en euskera. ¿En qué lengua contestaría un jugador del Almería si se enfrentara al Chelsea, allí arriba, y un periodista español le plantease una cuestión? ¿En xhosa? Necesitamos ya la segunda parte de Ocho apellidos vascos para ver si estas cuestiones se resuelven con otra gracia.