Director adjunto de Jesuïtes Educació desde el 2009, Pepe Menéndez ha hecho del proyecto Horitzo2020 su «leitmotiv» profesional
19 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Director adjunto de Jesuïtes Educació desde el 2009, Pepe Menéndez ha hecho del proyecto Horitzo2020 su leitmotiv profesional. Nunca dudó de que tendrían éxito y la experiencia parece haberle dado la razón.
-Llevan desde el 2009 trabajando en este sistema educativo. ¿Qué destacaría hasta ahora?
-La actitud del alumno ante el aprendizaje; ese ha sido el cambio más radical. No es necesario que dejemos pasar más tiempo para hacer esta valoración.
-Pero aún así quieren realizar una investigación profunda de los resultados.
-Tenemos un equipo que evaluará los resultados, pero contamos con Blanquerna (Universidad Ramon Llul) para objetivar al máximo los datos, ellos se encargarán de hacer un estudio profundo.
-¿No les da un poco de vértigo? ¿No pensaron durante este proceso que podía no salir bien?
-No, porque tenemos confianza en Dios. Es algo que, claro, no todo el mundo entiende, pero nosotros tenemos fe, eso de que cuando tú llegas, Dios ya estaba allí. Eso inspira a las personas.
-Hay unos «cuadernos» que explican el proceso y se ve que ha habido muchísimo trabajo detrás de sus decisiones [se pueden ver h2020.fje.edu/es/]
-El trabajo previo fue intenso y tenía como objetivo centrarse en lo esencial de la educación. Apostamos por la calidad frente a la cantidad: hemos visto que mucho contenido se repite, y tal vez no haya que insistir tanto en el «sustantivo» y el «adjetivo».
-¿Cómo piensan aplicar su método a partir de 3.º de la ESO?
-Es en lo que estamos trabajando ahora, preparándonos para que el próximo curso los profesores concreten los proyectos curriculares. Creemos en eliminar lo accesorio o repetitivo. Hay cosas que debe explicar un profesor, como la raíz cuadrada, pero la mayoría del contenido se puede aprender por proyectos.
-¿Y cómo afrontan la selectividad?
-Con la coartada de la selectividad se habían parado todas las innovaciones, pero si uno se fija, la selectividad, sin ser tan competencial como las pruebas PISA, sí fomenta que el alumno razone.
-Los alumnos están encantados con su sistema, pero, ¿y los profesores? En los «cuadernos» incluso recogen el escepticismo de algunos maestros.
-Quisimos incluir las voces disidentes, pero confiamos en la contaminación. Es cierto que este cambio supone mucha energía inicialmente, pero aún así ninguno quiere volver atrás.
-¿Hay profesores que se les ofrecen para trabajar con ustedes?
-Muchísimos, de toda España. Creo que refleja el gran deseo de cambio que hay en la sociedad.