«El riesgo de ser infértil se duplica en el varón con obesidad acusada»

Alfonso Andrade Lago
alfonso andrade REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

M.MORALEJO

Nicolás Garrido, experto en andrología, destaca que la incidencia del sobrepeso desaparece con la reproducción asistida

18 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En reproducción natural, un índice de masa corporal (IMC) elevado en el varón dificulta la concepción al empeorar la calidad del semen. Sin embargo, los resultados clínicos son comparables a los de personas sin obesidad cuando se acude a técnicas de reproducción asistida. Así lo explicó ayer Nicolás Garrido Puchalt, director del Laboratorio de Andrología del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI). Garrido participó en la décima edición del Curso de actualidad en factores ambientales y estilo de vida en ginecología y obstetricia, y técnicas de reproducción asistida, organizado por el IVI de Vigo.

-¿La obesidad del varón complica la reproducción por vía natural al empeorar la calidad de su semen?

-La información de que disponemos nos cuenta que, en reproducción natural, el IMC tiene influencia negativa sobre la concepción. Y esa influencia puede ser importante en casos extremos. La buena noticia es que cuando estos pacientes con obesidad y sobrepeso no tienen hijos y acuden a centros de reproducción asistida, los resultados que se obtienen son comparables a los de personas sin obesidad y, por tanto, no importa tanto ese peso. Más allá de que, por supuesto, sea necesario que lo reduzcan por motivos de salud evidentes.

-¿Se puede cuantificar esa afección de la obesidad?

-En reproducción natural, el riesgo de ser infértil se duplica en el varón con obesidad acusada. Además, los varones jóvenes con un IMC elevado tienen entre un 35 y un 40 % menos de hijos a largo plazo. Pero ojo, porque ahí entran también motivos no biológicos, como la dificultad para encontrar pareja.

-¿De qué manera afecta la obesidad al semen?

-Disminuye la cantidad de espermatozoides que tienen movilidad, y este baremo cubre ya el volumen del semen, la concentración y la propia movilidad. Lo que no está clara es la cuantía de la pérdida, con estudios contradictorios.

-Y cuando el obeso pierde peso, ¿recupera la calidad de su semen?

-Depende de cómo lo pierda. Si es de forma natural y progresiva, puede recuperarla. Cuando hablamos de cirugías bariátricas, muy agresivas, pues no. De hecho, repercute negativamente. En caso de problemas de salud, el organismo invierte en otras funciones la energía necesaria para producir esperma; moviliza ese recurso hacia lo prioritario.

-¿Qué otros factores influyen en la calidad del esperma?

-Estrés, alcohol, drogas, polución, exposición laboral a tóxicos, tabaco... Aunque no es cierto eso de que el tabaco provoca infertilidad, como pone en las cajetillas. Lo que hace es aumentar el riesgo. El caso que es muy claro es el de los anabolizantes. Tendrás unos bíceps que no te caben en la chaqueta, pero desestabilizan el proceso hormonal de producción de esperma.

-¿Y el hombre sano puede hacer algo para mejorar la calidad de sus espermatozoides?

-Llevar una vida sana y evitar factores ambientales negativos, como la exposición a ciertos tóxicos. Por ejemplo, tiene riesgo el agricultor que usa constantemente fertilizantes y no se protege bien de su inhalación. O el pintor, que es otro caso claro.

-Su ponencia versó también sobre los efectos transgeneracionales; cómo afecta por ejemplo la obesidad sobre un hijo.

-Y la conclusión es que sí existe una relación y un riesgo mayor de patologías. Los varones con obesidad tienen un riesgo aumentado de que los hijos concebidos por él sean también obesos en el futuro. Sin embargo, no están claros los mecanismos por los que sucede esto; si es por los malos hábitos o por una cuestión orgánica. Y tampoco significa que tu hijo vaya a ser gordo si tú lo eres.