Tres bolas de fuego iluminan el cielo de Toledo en menos de cien días

La Voz AGENCIAS

SOCIEDAD

La última, que sobrevoló la ciudad el 30 de marzo, entró en la atmósfera terrestre a casi 45.000 kilómetros por hora después de desintegrarse una roca de un asteroide

01 abr 2015 . Actualizado a las 18:17 h.

Y con la bola de fuego del 30 de marzo, van tres sobrevolando Toledo en los últimos cien días. La última fue una roca procedente de un asteroide, que penetró en la atmósfera terrestre a casi 45.000 kilómetros por hora, provocó una brillante y «espectacular» bola de fuego al desintegrarse, que sobrevoló la provincia de Toledo hasta finalizar cerca de la capital, a unos 26 kilómetros de altura.

El fenómeno del día 30 de marzo tuvo lugar hacia las 4.39 horas de la madrugada, según ha informado este miércoles en una nota de prensa el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo) y fue grabado por los detectores de esta instalación que son utilizados por la Universidad de Huelva. También fue registrado por otros sistemas de monitorización del cielo que controla el profesor José María Madiedo, de la Universidad de Huelva, en distintos puntos del sur del país en el marco de la Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos.

El análisis preliminar del fenómeno realizado por revela que la bola de fuego se inició sobre la vertical de Espinoso del Rey (Toledo), a una altura de unos 85 kilómetros sobre el nivel del suelo. Desde ese punto, avanzó en dirección noreste hasta alcanzar la capital a una altura final de unos 26 kilómetros.

La otras bolas de fuego de Toledo

Pero no ha sido el primero que pueden ver en Toledo en lo que va de año. El 20 de febrero, el Complejo Astronómico captó otra bola de fuego «tan brillante como la luna llena» sobrevolando Toledo. El fenómeno se produjo por la entrada en la atmósfera terrestre de una roca que, según los datos obtenidos, procedería de un asteroide, según informó el observatorio en un comunicado.

La bola de fuego fue registrada por las cámaras que la Universidad de Huelva a las 01.47 horas del 20 de febrero. El análisis llevado a cabo por el profesor José María Madiedo explica que el impacto de esta roca contra la atmósfera se produjo a casi 60.000 kilómetros por hora sobre la vertical de Talavera de la Reina. La bola de fuego se inició a una altura de unos 80 kilómetros sobre el nivel del suelo, avanzando en dirección sur hasta alcanzar una altura final de unos 30 kilómetros. 

La del 20 de febrero fue la primera del año 2015, aunque Toledo cerró el año con otra bola de fuego. Concretamente, el día de Nochebuena, en la noche del 24 de diciembre, una bola de fuego, provocada por la entrada en la atmósfera de una roca de unos 100 kilogramos, que recorrió una distancia de unos 1.200 kilómetros, antes de salir de nuevo de la atmósfera terrestre. En su recorrido fue avistada desde Galicia.

El fenómeno, que se produjo a las 21,06 horas del día de Nochebuena, comenzó en la localidad argelina de Tiaret, y avanzó hacia la Península hasta pasar por Ciudad Real a unos 75 kilómetros de altura, según informó el Complejo Astronómico en nota de prensa. Posteriormente, el bólido se dirigió hasta Portugal y se perdió en el Océano Atlántico, a unos 100 kilómetros de la costa de Galicia. Según el complejo, la roca volvió a salir de la atmósfera debido a «la curvatura de la Tierra y al bajo ángulo de su trayectoria».