Francia aprueba el derecho de los pacientes a una sedación terminal

fernando iturribarría PARÍS / COLPISA

SOCIEDAD

La norma no autoriza ni la eutanasia activa, ni el suicidio asistido

18 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los diputados franceses aprobaron ayer un proyecto de ley que permitirá reclamar una sedación terminal a los enfermos incurables o terminales, pero que no autoriza ni la eutanasia activa -que los médicos suministren fármacos que acaben con la vida del paciente- ni el suicidio asistido -que le proporcionen un cóctel que se autoadministra la persona interesada-. El texto, que será examinado por el Senado en mayo o junio, obliga a los médicos a respetar el testamento vital de los pacientes y prevé la creación de un formulario para realizarlo, así como un registro para conservarlo. En caso de que el interesado no pueda solicitar por sus propios medios esta solución, la decisión deberá tomarse entre los médicos y los familiares. Hasta ahora, el personal sanitario estaba obligado a tomar en consideración el testamento vital del paciente, pero no a hacerle caso.

Tras dos días de debates, la Asamblea Nacional avaló el derecho a una sedación profunda y continua hasta la muerte para los enfermos terminales por 436 votos a favor, 36 en contra y 83 abstenciones. Se abstuvieron los diputados ecologistas y radicales de izquierda que habían defendido en vano enmiendas encaminadas a legalizar la asistencia médica activa a la muerte y el suicidio asistido. También se desmarcaron los democristianos, reacios a instaurar lo que consideran un derecho a la muerte.

El texto, aprobado en primera lectura parlamentaria, cumple una de las promesas electorales de François Hollande. El presidente se había comprometido en su campaña al Elíseo a permitir que «toda persona mayor en fase avanzada o terminal de una enfermedad incurable que le provoca sufrimiento físico o psíquico insoportable y que puede ser calmado pueda, en condiciones precisas y estrictas, reclamar una asistencia médica para terminar su vida con dignidad». Su ministra de Sanidad, Marisol Touraine, calificó la ley como «un gran avance».

El proyecto fue propuesto por los diputados socialista Alain Clayes y conservador Jean Lonetti, quien lo resumió con la fórmula «dormir antes de morir para no sufrir». La sedación terminal está respaldada por el 96 % de los franceses cuando la decisión recae en el propio paciente, según un sondeo publicado el domingo a raíz del debate parlamentario. La casi unanimidad baja hasta el 88 % de apoyos cuando la sedación la ha de decidir el equipo médico en caso de que sea imposible para el paciente expresar su voluntad, otro de los supuestos previstos en la ley.

Retirar alimento e hidratación

El texto consensuado limita su aplicación voluntaria a los pacientes conscientes que no respondan a los tratamientos y tengan los días contados. También podrán reclamarla los enfermos artificialmente mantenidos en vida, lo que implicará la retirada de alimentación e hidratación, que se reemplazará por la sedación profunda hasta el momento de la muerte. Este punto es el más polémico de la norma, y algunos parlamentarios aseguraron que bajo estas circunstancias el paciente también sufre.

Entre los decepcionados por la norma están la izquierda radical y los ecologistas, así como organizaciones partidarias del derecho a una muerte digna. Todos esperaban de la promesa electoral de Hollande una norma que regularizase la eutanasia o el suicidio activo. Aunque ayer reconocieron que la nueva ley supone «un avance», la calificaron de oportunidad perdida. Según los sondeos, ocho de cada diez franceses apoya también estas medidas.

Pero cerrar la puerta, al menos de momento, tanto a la eutanasia como al suicidio activo fue el requisito fundamental de los conservadores para llegar a un pacto. «Hemos optado por dormir en vez de provocar la muerte», celebró el conservador Leonetti.