«La educación no es una mercancía y los profesores merecen más respeto»

Ana Lorenzo Fernández
ANA LORENZO A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

PACO RODRÍGUEZ

El experto estadounidense  Michael Apple, nombrado doctor «honoris causa» por la UDC, se mostró crítico con la política educativa

17 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Al son de la canción No nos moverán, entró ayer en el Paraninfo de la Universidade da Coruña (UDC) el profesor y pedagogo estadounidense, Michael Apple (New Jersey, 1942), que fue elegido por la institución académica para recibir su máxima distinción: el título de doctor honoris causa. Considerado uno de los cincuenta autores más influyentes en educación del siglo XX, Apple realizó un discurso muy crítico con las políticas educativas de muchos países avanzados, entre ellos España. Aunque se mostró muy pesimista, explicó que hay muchas cosas que se pueden hacer para mejorar el sistema educativo, y que existen muchas personas que ya están trabajando en esta dirección, porque «vosotros, junto con otros, pueden educar en el mundo que es posible».

-¿Cuál es el diagnóstico de la educación actual?

-Son malos tiempos para la educación. Las reformas neoliberales y conservadoras están teniendo un impacto muy importante sobre los centros escolares, las comunidades, los directores, los profesores y todo el personal de los colegios. Como tengo señalado en mis libros, bajo la influencia de aquellos que ostentan cada vez más poder en la enseñanza y en grandes sectores del resto de la sociedad, se extiende la idea de que lo público es siempre malo y lo privado es siempre bueno.

-¿En qué situación está la educación española?

-Estoy muy preocupado por las práctica educativas estatales en España. Parecen inmunes a las evidencias empíricas. Los políticos de este país están siguiendo unas políticas que han sido criticadas profundamente en otras partes del mundo. Las políticas neoliberales están reduciendo la educación a una formación profesional. La educación no es una mercancía y los profesores merecen mucho más respeto del que han recibido en este país y en otros. Los políticos no están escuchando a las comunidades locales. El pueblo está en peligro aquí.

-Qué medidas habría que llevar a cabo para mejorar el sistema educativo?

-En primer lugar, aprender del modelo que ha sido un éxito en otros países, como lo que se tiene hecho en Porto Alegre (Brasil), donde los presupuestos participativos tuvieron un gran impacto. Además, en mi libro, Puede cambiar la realidad la educación apunto varias de esas posibles respuestas.

-¿Cuál es el modelo ideal para educar? Finlandia es un país que siempre se pone el mejor ejemplo de un sistema educativo.

-Justamente acabo de llegar de Finlandia. Es un país que ha conseguido un gran éxito en educación, pero para lograr eso tenemos que llevar a cabo muchas de las iniciativas que se realizan allí. En primer lugar, hay que reducir el tamaño de las clases. También hay que reforzar y crear fuertes sindicatos del profesorado y reducir la pobreza. La educación no debería servir solo para el trabajo, sino para tener una ciudadanía crítica. En Finlandia no tienen abiertas las fronteras a lo de fuera. En este sentido, España está más abierta y ha asimilado más a los inmigrantes.

-¿Y esa situación es positiva o no?

-En este sentido, quiero reconocer el esfuerzo de España de abrirse a otros países, pero aquí también está creciendo el movimiento neoliberal y está cogiendo derivas que no son éticas. España no es Finlandia. Los ingresos de las familias explican mucho los logros educativos, así que tenemos que oponernos poderosamente a las políticas económicas que conducen a la pobreza de los ciudadanos. En este sentido, me ofende la comparación con Finlandia.

-¿Cómo se está trabajando aquí para mejorar la situación?

-La gente y los profesores de España y de Galicia no son unas marionetas, y en casi todas las escuelas de los pueblos gallegos y del resto del estado español hay gente haciendo auténticas maravillas. Parte de la labor realizada por esta gente es la que yo represento como su secretario, para que todos creamos que una educación más democrática no solo no es posible, sino que se está haciendo y llevando a cabo ahora mismo.

michael apple pedagogo, doctor honoris causa por la universidade da coruña

Casi cincuenta años trabajando para mejorar la formación

El profesor Michael Apple lleva años sumando reconocimientos en su extenso currículo, que empieza con su trabajo como profesor de educación primaria y secundaria en Paterson y Pitman (Nueva Jersey), hasta conseguir el doctor en la Universidad de Wisconsin-Madison. A esto se une su labor al frente de distintos sindicatos de profesores y una amplia trayectoria investigadora y como autor de algunos de los libros que más peso han tenido en el mundo educativo a nivel mundial. Doctor honoris causa por varias universidades, como La Pampa, la University of London Institute of Education Fellow o UCLA, hasta ayer no había recibido esta distinción académica por ninguna institución española.

La propuesta para recibir este título de la Universidade da Coruña partió del departamento de Pedagoxía Didáctica das Ciencias Experimentais de la Facultade de Ciencias da Educación, cuyo director, Jurjo Torres Santomé, actuó ayer como padrino y leyó la laudatio para dar a conocer el trabajo realizado por Apple en sus casi cincuenta años trabajando para mejorar la educación.

Precisamente, el rector de la UDC, Xosé Luis Armesto, le agradeció toda esta labor, y recordó que «as súas análises críticas, previas á crise, demostran con solidez que determinadas medidas que se tomaron aquí nestes últimos tempos no ámbito educativo beben dun manancial ideolóxico, que inclúen, si, razóns económicas mercantilistas, pero van máis alá». Por este motivo, volvió a pedir una universidad pública, más justa y que acabe con las desigualdades.