Los gratifi y Leonardo da Vinci llegan de la mano del mexicano Ortega

La Voz MERCEDES ÁLVAREZ EFE

SOCIEDAD

Colores, combinación de texturas y tejidos y un toque «underground» dan a la segunda colección del latinoamericano un aire ecléctico y urbano

28 ene 2015 . Actualizado a las 19:10 h.

El diseñador mexicano Antonio Ortega representó hoy a Latinoamérica en la Semana de la Alta Costura de París con una colección de primavera-verano que enfrentó entre sí dos tradiciones pictóricas en una amalgama de colores y texturas.
«Me inspiré en La última cena de Leonardo da Vinci y en algo más urbano como el grafiti», declaró sobre un repertorio «lleno de contrastes» y de «tensión entre las formas».
Así, bajo el apelativo de «impression-ismo urbano», Ortega confeccionó unas prendas en las que confluyen una recreación personal de los apóstoles con reproducciones de los murales clandestinos de las paredes de la ciudad canadiense de Montreal, donde reside y tiene su taller.

De latas a señales de tráfico

Su interés no se limitó únicamente a las obras de arte callejeras, sino que también incorporó a sus estampados otros elementos del paisaje, como una lata de conservas que yacía en las inmediaciones de un grafiti o las señales de tráfico y otros indicadores para automovilistas.
En línea con su visión de los artistas que se apoderan del espacio público para expresarse, Ortega dio a su colección un toque underground, abanderado por las tachuelas, las cadenas y los imperdibles.
Este creador que debutó en la pasarela francesa el pasado mes de julio, también incorporó a su colección estival elementos vinculados con sus raíces mexicanas, como el uso del color o los deshilados con los que se familiarizó cuando trabajó con las culturas autóctonas de la «Cañada de los once pueblos».

"Nací en México, y allí los colores están por todas partes"


Su paleta cromática arrastró las tonalidades del arco iris, como detalló, puesto que «son bases que llevo en la sangre porque nací en México, y allí los colores están por todas partes».
Las texturas fueron muy heterogéneas y oscilaron entre las sedas y los tejidos técnicos, como la tela impermeable o la reflectante, además de unirse al lúrex, el tweed o el algodón.
«Me permito todos los largos, me permito acentuar el cuerpo con líneas contrastantes», especificó Ortega sobre unos cortes asimétricos y superpuestos, ensamblados a veces por lazos.
Quien llegó a París con el objetivo de convertirse en cantante repitió hoy su experiencia de desvelar sus diseños ante una audiencia global como la que le proporcionó la Semana de la Moda, en la que se integró fuera del circuito oficial.
«Para mí fue un éxito, fue una muy buena presentación y fue una respuesta bastante generosa, por ser una primera vez, de ahí que presente una segunda colección», declaró sobre su debut hace ahora más de seis meses.
Sus planes de futuro de momento están dirigidos a asentar su marca: «Hasta que mi creatividad y mi libertad de creación me lo permitan, voy a seguir presentando mi energía en París».