«La matrona ayuda a la mujer de la adolescencia a la menopausia»

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Bernárdez quiere visibilizar una profesión «infrautilizada por el sistema»

21 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Marta Bernárdez tiene una consulta como matrona privada en Vigo, y preside la asociación gallega de un sector que está siendo especialmente golpeado con los recortes y, sobre todo, es infrautilizado por un sistema muy rígido.

No se puede hablar hoy de sanidad sin mencionar los recortes. ¿Cómo les están afectando?

-Como a todos los colectivos, muy duramente. En atención primaria no se cubren las bajas ni vacaciones, y así una mujer que da a luz en julio se puede encontrar que no tiene matrona en su centro de salud, y acaba yendo a urgencias por un problema menor. En los hospitales pasa lo mismo. En Gran Bretaña se fomenta el One to one, una parturienta, una matrona. No se trata de que la matrona le sujete la mano a la mujer, pero sí que esté pendiente de ella porque se reducen el número de intervenciones médicas y de analgesias. Pero con los recortes una matrona se encarga de tres mujeres que están de trabajo de parto.

-Ustedes se quejan de que son infrautilizadas. ¿En qué sentido?

-No somos visibles. Hay la creencia que la matrona está para pesar a la embarazada en los controles del embarazo y poco más. Pero somos profesionales expertas en la vida reproductiva y sexual de la mujer. Las matronas ayudamos a las mujeres desde la adolescencia hasta la menopausia. Una mujer debería conocer a su matrona de primaria como a su médico o a su enfermero. En cuanto al embarazo y parto, una mujer sana con un embarazo de bajo riesgo solo tendría que ver al ginecólogo para las tres ecografías trimestrales. Las matronas pueden llevar un embarazo y si ven cualquier problema, derivan el caso al especialista. También está en sus funciones atender al recién nacido durante los primeros 28 días de vida. Pocas mujeres lo saben.

-Especialmente que una matrona sigue a una mujer hasta la menopausia?

-Sí, es curioso, porque las mujeres cambiamos de ginecólogo y con los años vamos buscando uno que nos guste, y podíamos hacer lo mismo con las matronas.

-¿Los seguros privados cubren sus servicios?

-No. En ese sentido, nos dan menos autonomía que en la atención pública.

-Ahora está de moda contratar a «doulas» y «salus» para el acompañamiento al embarazo y puerperio. ¿Qué opina?

-Es una opción más de la mujer. Ellas son más visibles porque es algo novedoso, y se vende mejor. Pero las únicas que tenemos formación reglada somos las matronas, que estudiamos enfermería (cuatro años) y la especialización obstetro-ginecológica (dos años más). Mucha gente no sabe que se puede contratar a una matrona de forma privada, como uno se hace una ecografía en 4D además de las tres de la Seguridad Social.

-¿Cuánto cuesta?

-Depende. Una consulta son unos 50 euros, y contar con una matrona para el puerperio, con visita, son 150-200. Hacer del embarazo al puerperio suelen ser unos 1.800 euros.

-Durante el puerperio la mujer está sola, cuando tradicionalmente era al revés, ¿no?

-Es cierto que antes las mujeres se ayudaban unas a otras en el puerperio. Se mimaban. Es un proceso complejo, pero lo normal hoy es que una mujer esté sola en su piso con el bebé. Y con toda la presión que debe soportar: hay que volver a trabajar en 16 semanas, estar guapísima y delgada, la casa perfecta y atender al niño, darle pecho. La realidad es otra, a veces conseguir ducharse es un verdadero éxito. Falta una red de apoyo.

-¿Cuál suele ser el papel del padre en esta parte?

-Todo está relacionado, pero si el hombre vive de cerca el proceso, se encarga de todo para liberar a la mujer. Es mucho más fácil cuidar de un bebé si tú estás cuidada, pero muchos hombres ni siquiera se dan cuenta de lo que exige un recién nacido. A las clases de preparación al parto siguen yendo pocos hombres, y creen que las mujeres «nada más que tienen que cuidar de un bebé», que no es para tanto. Ellas se sienten frustradas porque no cumplen las expectativas.

-¿Notan alguna diferencia por el hecho de que ahora hay muchas madres añosas? ¿Cómo es atender a estas mujeres?

-Suelen ser mujeres mucho más maduras, más seguras de sí mismas y de lo que quieren. Ahora, yo no creo que la distinción sea tanto la edad, porque la edad biológica es una cosa y la cronológica es otra -no tiene nada que ver una mujer hoy de 39 años con una de esa edad hace cuarenta-, como la historia previa de esa mujer. Las mujeres que vienen de varios ciclos de fecundación in vitro o de varios abortos suelen tener más miedo y se ven menos capacitadas para parir. Parir es un acto involuntario, y hay un momento, entre los 7 y los 10 centímetro de dilatación que es normal sentir que no se conseguirá. Por eso es muy importante estar bien acompañadas, una matrona que esté a su lado y sepa cuál es la historia de ese embarazo le puede ayudar tanto que no necesite intervenciones médicas ni calmantes. Está comprobado. Claro, si una matrona tiene que atender a tres mujeres a la vez ese acompañamiento es de peor calidad.

-¿No hay una involución social a la hora de valorar la maternidad? Si no das el pecho hasta el año, eres mala madre?

-Hay presión en los dos sentidos, porque también tienes que estar totalmente recuperada para tu vida anterior a los cuatro meses?. Creo que esa es una decisión familiar e íntima.

-¿Qué opinión tiene de los partos en casa?

-Es otra decisión familiar, siempre que sea un embarazo y parto de bajo riesgo. Es decir, que el embarazo haya sido de bajo riesgo, el bebé esté encajado, que solo sea uno, que haya un hospital a menos de treinta minutos y que esté en casa un profesional? A partir de ahí, es la mujer y su familia la que decide. No creo que sea bueno presionar en ningún sentido. Hay muchas mujeres que su primer parto lo tienen en un hospital pero después, ya sea porque se ven seguras y con experiencia o precisamente porque lo pasaron fatal en el hospital, deciden dar a luz en casa. Si se cumplen los requisitos y por supuesto hay un profesional (matrona o ginecólogo/a) es una opción segura.