Tarsy Carballas: «No creo en el cambio climático»

Jorge Casanova
JORGE CASANOVA SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

La gran experta en el suelo gallego sigue yendo a trabajar con 80 años

11 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Empecemos por el principio: una edafóloga es una científica que estudia básicamente el suelo y sus características. Tarsy Carballas (Taboada, 1934), que tiene edad y currículo para estar más que jubilada, acude a diario a su despacho en el Centro de Investigaciones Agrobiológicas del CSIC en Santiago porque, dice, su trabajo es lo que más le gusta. Lleva décadas advirtiendo de que los incendios están desnudando la superficie de Galicia y acelerando su desertización.

-Si saliéramos ahora a la calle y preguntáramos a diez personas que es un edafólogo, ¿cuántos cree que acertarían?

-Ja, ja, ja. Probablemente ninguno.

-Cuando usted empezó, no habría muchas chicas en la universidad...

-Yo quería ser periodista, pero por circunstancias acabe haciendo Farmacia. Allí sí que había bastantes chicas, sobre todo hijas de farmacéuticos y le puedo decir que se notaba bastante en el trato por parte de los profesores. De aquella, carreras como Medicina o Derecho estaban prácticamente vedadas a las mujeres.

-¿Cómo acabó en la edafología?

-A mí no me gustaba nada, pero tenía que mantenerme y, cuando acabé la carrera, fue la rama donde vi la posibilidad de alcanzar más rápidamente una beca. De mil pesetas, recuerdo. Que no era mucho, pero me daba para pagar la pensión y la comida.

-¿Como está el suelo de Galicia después de tantas décadas de incendios?

-Pues mire, yo recuerdo trabajar en suelos con una profundidad de dos metros en el Barbanza en lugares donde hoy en día ya no queda nada; está la roca desnuda. Eso es una tragedia horrible de la que los ciudadanos no son conscientes.

-¿Nos va a alcanzar la desertificación?

-Si no tomamos medidas, sí. De hecho ya hay zonas desertificadas, en el monte del Rodicio, por ejemplo. Y otras donde apenas quedan diez o quince centímetros de suelo. El suelo gallego es muy pobre en nutrientes. Su riqueza está en la temperatura, la pluviosidad y la materia orgánica que eso genera. Pero a mí todavía me asombra que se desarrolle tanta vegetación.

-Y con el cambio climático...

-Yo no creo en el cambio climático, creo en ciclos climáticos. Me parece que la etiqueta del cambio climático se usa porque hace ganar mucho dinero a los investigadores. No creo que la acción del hombre sea capaz de cambiar el clima de forma definitiva.

-¿Por qué sigue yendo a trabajar?

-Hace poco leí una frase de no recuerdo quién que decía algo así como: «Cuando elijas un trabajo, escoge uno que te guste y así no trabajarás nunca». Eso es lo que yo hice. Me encanta trabajar con los suelos. A los 70, cuando me llegó la hora de jubilarme, estaba desesperada. Pero, afortunadamente, encontramos una fórmula para que pudiera seguir aquí.

-Y a usted también le voy a hacer mi pregunta fetiche: ¿qué es lo más importante en la vida?

-Para mí, la familia, los amigos y tener un trabajo que te satisfaga.