Discusión moral

SOCIEDAD

22 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Es un tema viejo, recurrente, que como ya se sabía no ha hecho más que engordar hasta alcanzar las grandes proporciones que el reportaje publicado ayer por La Voz puso de manifiesto, que genera una importante discusión ética y legal y que en no pocos casos supone también un alto coste emocional. Por ejemplo, ¿quién se queda con los embriones criopreservados cuando la pareja se rompe?

En el fondo, la clave es saber cuál es el estatuto de un cigoto humano el segundo o el tercer día, que es cuando suele procederse a la criopreservación; está claro que no es simple material biológico. Las clínicas de reproducción se han comportado en todo este asunto con bastante alegría. Se ha trivializado. No se ha explicado bien a las usuarias de estas técnicas su hondura. En parte, porque de lo que se trata es de no disuadir a las potenciales beneficiarias.

Pienso sinceramente que la vitrificación de ovocitos sería una buena práctica. Al limitar el número de óvulos que se inseminan a los necesarios para una transferencia en fresco evitaríamos toda la problemática que suscita la congelación de embriones. Sé que tiene sus inconvenientes, pero no reparos éticos. En cualquier caso, resulta aconsejable que en el consentimiento informado previo al procedimiento de reproducción asistida se establezcan los cursos de acción a seguir con los embriones que se han conservado, que no se dimita de la propia responsabilidad postergándola ad calendas graecas. ¿Y con los embriones que ya están abandonados? Cesar en su conservación sería lo mejor.