Escritura a mano, un arte que no puede dejar de enseñarse

María Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Un alumno muestra sus progresos con el arte de la escritura a mano y cómo hace las letras.
Un alumno muestra sus progresos con el arte de la escritura a mano y cómo hace las letras. martina míser< / span>

Pedagogos destacan las ventajas de dicha técnica en el desarrollo cognitivo

07 dic 2014 . Actualizado a las 05:04 h.

Aunque hace tiempo ya que los colegios gallegos no utilizan el cuadernillo Rubio, un instrumento con el que aprendieron a escribir los padres de buena parte de los escolares de la comunidad, la escritura seguida o enlazada es una técnica que continúan aplicando algunos libros de texto para enseñar a los pequeños dicho arte. «Mi hija pequeña está aprendiendo a leer y dicen que para empezar es mejor que aprendan con dicha letra y luego ya van dando el salto a la de imprenta, que es la que utilizan todos los cuentos, los libros...», explica una madre de A Coruña. Esta semana el Gobierno de Finlandia, el país que tradicionalmente obtiene los mejores resultados en el informe Pisa, adelantó que la materia de caligrafía con la que enseña la técnica de escritura continuada o enlazada -la del cuadernillo Rubio- dejará de ser obligatoria a partir del 2016 en favor de la mecanografía o digitoescritura.

La noticia, que fue malinterpretada en un principio al entender algunas fuentes que los alumnos finlandeses no tendrían ya oportunidad de aprender a poner su nombre manejando el lápiz sobre el papel, ha dado pie para abrir el debate sobre cómo hay que adaptar el modelo educativo de acuerdo a la popularización e introducción de las nuevas tecnologías en la vida diaria y el mercado laboral.

Pedagogos consultados analizan el proyecto y concluyen que no puede dejar de enseñarse el arte de la escritura a mano. Hay que combinar su aprendizaje, que aporta múltiples ventajas para el desarrollo cognitivo, con el de la mecanografía porque los dos aportan aspectos necesarios en la educación. Otra cosa es el tipo de letra que se utilice. De hecho, cada vez son más los que escriben «con letra de médico» frente a los que lo hacen como lo hacían los abuelos.

«O que vai suprimir Finlandia é a materia de caligrafía, non a escritura de imprenta. En Galicia, para ben ou para mal, non temos tampouco caligrafía no currículo. Por eso, que inclúan a alfabetización dixital ou escritura táctil no currículo resulta interesante. De feito aquí xa hai centros onde os computadores están incorporados á escolaridade», matiza la decana de la Facultade de Ciencias de la Educación de la Universidade de A Coruña, Ana Iglesias Galdo.

Al parecer, la idea del Gobierno finlandés es tratar de incidir en aquellas formas de escritura con mayor aplicación práctica en la vida real y en el mercado laboral. De ahí que el tiempo que hasta ahora pasan con la escritura continuada lo inviertan a partir del 2016 en tratar de teclear con rapidez. La utilidad es la razón que explica, como adelantaron en su momento fuentes ligadas al Ejecutivo nórdico, que el currículo no incluya a partir de esa fecha el aprendizaje de un tipo de letra que los escolares utilizan únicamente en el aula. «É verdade que a técnica dixital é unha habilidade que pide o mercado laboral e igual que a escritura a man resulta necesaria e aquí tamén está recoñecida», añade esta experta.

¿La medida podría implicar en el futuro la desaparición total de la escritura manual como materia? Los pedagogos creen que en ningún caso, o al menos no debería por todo lo que aporta en el proceso educativo. «Favorece a autonomía porque fai que non haxa que depender de axentes externos como un ordenador ou unha tablet. Faino sobre todo en grupos nos que a brecha dixital é aínda moi elevada», dice la decana. No es la única que hace una defensa de la escritura manual. El catedrático de Pedagogía social y coordinador de la Red de Universidades lectoras de la USC, José Antonio Caride, recuerda que la escritura, tanto manual como digital, dan una «oportunidad de comunicación. El conocimiento de una y otra técnica no son incompatibles porque hay que tener en cuenta todo lo que ofrece la escritura a mano, no obviando tampoco todo lo que aporta la otra de cara al futuro y a la llegada de las nuevas tecnologías».

Pero también destaca cómo la escritura a mano es un hábito más pausado que invita a pensar de un modo detenido todo lo que quedará luego plasmado sobre el papel, además de convertirse en un proceso que empuja al que lo practica al proceso de leer.