El codescubridor de la estructura del ADN es el primer ganador vivo de la medalla que decide ponerla a subasta
27 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.James Watson es historia viva de la ciencia. Pero el codescubridor de la estructura del ADN, la macromolécula de la vida, no solo parece estar dispuesto a pasar a la posteridad por sus hazañas científicas, a las que abría que añadir su polémico carácter, sino también por convertirse en el primer ganador de un Premio Nobel de Medicina en poner a subasta la medalla que lo acredita como tal, la que ganó en 1962 junto a sus colegas Francis Crick y Maurice Wilkins, aunque el jurado tuviese el bochornoso olvido de no incluir en la lista a Rosalind Franklin.
La casa Christie?s, la encargada de organizar la puja, espera conseguir entre dos y tres millones de euros por tan cotizado metal. Más que los cerca de 1,6 millones de euros que se obtuvieron el pasado año por la medalla del otro gran codescubridor del ADN, Francis Crick, fallecido en el 2007. En este caso fueron sus herederos los que decidieron subastar el galardón y los que se repartieron el 80 % de los beneficios, mientras que el 20 % restante fueron donados al centro de investigación que lleva el nombre del científico.
En el caso de James Watson, es el propio científico, aún en activo a sus 86 años como profesor emérito en el laboratorio Cold Spring Harbor de Nueva York, el que por primera vez y por propia voluntad ha decidido sacar a subasta el fruto de talento. Aunque no ha explicado los motivos que lo han llevado a hacerlo, algo raro en un genio locuaz y conocido por sus polémicas declaraciones, -como en la que afirmaba que estaba probado que los africanos tenían una inteligencia inferior-, la mayor parte del dinero conseguido se destinará a la investigación. La Universidad de Chicago, el Claire College de la Universidad de Cambridge o el laboratorio Cold Spring Harbor serán los beneficiarios, junto a otras organizaciones benéficas.
Además de la medalla, en la subasta de Christie's se ofrecerán las notas escritas a mano para el discurso en el que recogió el Nobel, por las que se esperan lograr 350.000 euros, y el manuscrito y los borradores corregidos después de la alocución.