El rey advierte de que España no puede permitirse la fuga de cerebros

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SOCIEDAD

Sergio Barrenechea | EFE

Ha llamado a evitar «un lapso generacional» que llevaría al país a «un retraso difícil de remontar»

24 nov 2014 . Actualizado a las 18:17 h.

El rey ha advertido hoy de que España no puede permitirse el lujo de preparar a jóvenes científicos «para que salgan al extranjero sin retorno posible», debido a «una tasa de paro inaceptable», y ha llamado a evitar «un lapso generacional» que llevaría al país a «un retraso difícil de remontar».

Acompañado por Letizia, Felipe ha presidido el acto conmemorativo del 75 aniversario del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), una celebración en la que gran parte de los participantes han centrado sus reflexiones en las perspectivas de futuro de esta institución tras los efectos de los recortes presupuestarios adoptados a raíz de la crisis económica.

En su intervención, el monarca ha animado «a los poderes públicos y a las empresas a que impulsen un nuevo desarrollo de la ciencia española» en beneficio de todos los ciudadanos y, con el fin de superar el desempleo, ha instado a «no bajar la guardia» en los asuntos de ciencia, el desarrollo de las nuevas tecnologías, el fomento de la innovación y el impulso de la iniciativa emprendedora.

«Dirijo la mirada de modo particular a los jóvenes científicos; no podemos permitirnos el lujo de prepararlos para que salgan al extranjero sin retorno posible», ha subrayado, antes de argumentar que, en una civilización mundializada, «es bueno» fomentar «la movilidad del talento», pero «de ningún modo» como consecuencia «de una tasa de paro inaceptable».

Esta fuga de talentos debida al desempleo perjudica «a nuestros jóvenes, porque en demasiados casos no ven salida en su patria», y «a nuestra sociedad entera, por quedar desasistida -mermada- de muchos de sus mejores activos», ha recalcado el rey, antes de emplazar a todos los actores implicados para que apuesten conjuntamente por «favorecer el crecimiento de la ciencia española».

Tras elogiar el prestigio del CSIC, su «implantación en todo el territorio nacional» y su condición de elemento vertebrador «irremplazable», ha recordado cómo sus científicos le han hablado de problemas, de limitación de recursos y de frustraciones de «jóvenes doctores» que no han podido desarrollar su profesión en España, «que tanto invirtió en ellos -además- como esperanza de futuro».

Consciente de que el CSIC ha afrontado dificultades por la crisis, don Felipe ha lanzado el siguiente mensaje de aviso: «en la actualidad se trata de articular los procedimientos adecuados para no caer en un lapso generacional que nos devolvería a un retraso difícil de remontar e incompatible con las necesidades de un Estado moderno».

El rey ha vuelto a destacar el «carácter estratégico de la ciencia» en las últimas palabras de su discurso, antes de reafirmar su compromiso en este ámbito con una despedida improvisada: «Espero verles dentro de 25 años; estamos con vosotros, con el CSIC y con la ciencia española».

Ha tomado la palabra asimismo el ministro de Economía, Luis de Guindos, quien ha expresado su confianza en la ciencia y la innovación como «dos palabras clave para el crecimiento económico y la competitividad del país» y ha querido dejar claro el «firme apoyo» del Gobierno al CSIC, especialmente en los «momentos muy delicados» que ha atravesado España. El Ejecutivo ha llevado a cabo un «importante esfuerzo» para reponer el cien por cien de las doscientas plazas de investigadores de este centro, según ha afirmado De Guindos, partidario de introducir «mayor flexibilidad y agilidad» en el CSIC, así como de reforzar el sistema de evaluación con el fin de financiar los proyectos que muestren «mayor potencial». El ministro ha defendido el plan de viabilidad aplicado en el centro, ya que, a su juicio, no afectó a la producción científica, y ha destacado la importancia de la coordinación entre la investigación y el mundo empresarial mediante instrumentos como las cátedras de empresa o los doctorados industriales.

El presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo, ha recalcado que el centro reforzará su colaboración con el sector productivo y ha ensalzado el «patriotismo» de sus 12.000 trabajadores durante la intervención inaugural de este acto conmemorativo, en el que ha participado también José Elguero, uno de sus expresidentes. Elguero ha subrayado que los investigadores demandan de las autoridades «un contrato basado en la confianza» y ha advertido de que el CSIC necesita «rejuvenecerse y crecer» con un «proyecto esperanzador» que le dote de «una estructura de gestión más moderna, ágil y flexible».