El robot de Rosetta ha conseguido taladrar el suelo del cometa y enviar los datos a la Tierra antes de que se agotaran sus baterías
15 nov 2014 . Actualizado a las 14:42 h.So proud of you RT @Philae2014: .@ESA_Rosetta I'm feeling a bit tired, did you get all my data? I might take a nap… #CometLanding
— ESA (@esa) noviembre 15, 2014
Una de las tareas más importantes a las que se enfrentaba la sonda Philae era precisamente obtener muestras desde dentro del cometa para poder llevar a cabo análisis químicos de estos interesantes cuerpos celestes. Y es que se cree que los cometas son restos puros de la formación del sistema solar hace unos 4.600 millones de años. Ellos contienen rocas y hielo que han preservado moléculas orgánicas antiguas como una cápsula de tiempo y podrían brindar luces sobre la evolución de los planetas y la vida; y lo que es más interesante, podría dar muchas nuevas pistar para lograr entender el origen de la vida en la Tierra.Pero la sonda Philae todavía tiene mucho que decir. El robot ha logrado, a pesar de todos los vicisitudes, una auténtica proeza. La sonda Philae ha llevado a cabo una rotación que le permitirá a sus paneles solares recibir más luz en los próximos meses, a medida que el cometa vaya avanzando hacia el Sol. Estas circunstancias permitirán presumiblemente al robot salir de su hibernación hacia el mes de agosto. La sonda Philae es una mina de datosDesde el pasado miércoles, la sonda Philae se encuentra posada en la superficie del cometa de cuatro kilómetros de diámetro 67P/Churyumov-Gerasimenko. El pequeño robot, del tamaño de un frigorífico -que pesa 100 kilos en la Tierra y apenas un gramo en el cometa, donde casi no existe la fuerza de la gravedad- cuenta con 10 instrumentos de observación, entre ellos seis cámaras fotográficas, un tomógrafo y un espectrómetro.La verdadera misión de la sonda Philae es la de encontrar moléculas orgánicas que hayan podido desempeñar un papel en la aparición de la vida en la Tierra, aprovechando que los cometas son los cuerpos más antiguos del sistema solar. Con sus instrumentos, el robot pudo recabar una mina de imágenes y de datos científicos, transmitidos a la sonda Rosetta, que a su vez los ha enviado a la Tierra.Así, durante tres días de intenso trabajo la sonda Philae ha radiografiado el interior del cometa, estudiado su magnetismo, tomado imágenes del suelo y analizado las moléculas complejas halladas en la superficie. «Los resultados de Philae son extraordinarios», aseguraba lleno de orgullo Marc Pircher, el director del CNES en Toulouse, antes de que el robot mandara la última tanda de información. «El 80 % del trabajo del robot ha sido hecho», afirmó, a la vista de la gran cantidad de datos recibidos.Desde el 6 de agosto, y tras más de diez años de viaje interplanetario de 6.500 millones de kilómetros, la sonda no tripulada europea Rosetta se desplaza junto al cometa, a escasas decenas de kilómetros, escoltándolo en su desplazamiento a medida que se aproxima al Sol. En este viaje se espera que alcance su punto más cercano en agosto del 2015. El aterrizaje de un robot en un cometa es toda una novedad en la historia de la conquista espacial, y culmina un proyecto iniciado hace veinte años y que ha costado 1.300 millones de euros.