Europa inicia la cuenta atrás para el aterrizaje del robot de Rosetta en un cometa

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La sonda dejará en caída libre a Philae en un descenso de siete horas

11 nov 2014 . Actualizado a las 14:03 h.

La exploración espacial vivirá miércoles un día para la historia. La ciencia-ficción se convertirá simplemente en ciencia cuando en la tarde del miércoles un robot se pose por primera vez sobre la superficie de un cometa en el aterrizaje más complejo y arriesgado de la historia espacial. El protagonista será un pequeño ingenio, de nombre Philae, de poco más de cien kilos de peso con diez instrumentos científicos a bordo capaces de escrutar la inmensa roca de corazón helado bautizada como Churyumov-Gerasimenko, situada a 550 millones de distancia de la Tierra, entre las órbitas de Marte y Júpiter. Se trata de una auténtica reliquia de 4.700 millones de años que mantiene intacto su material original, los mismos ladrillos del primitivo sistema solar que se utilizaron en su creación. Un auténtico cofre del tesoro que puede ayudar no solo a desvelar el origen de la formación del sistema solar, sino también a conocer el origen de la vida en nuestro planeta.

El robot Philae viajó a bordo de la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea, que el pasado septiembre llegó a su destino, la órbita del cometa Churyumov-Gerasimenko, después de que el 2 de marzo del 2004 iniciase un viaje de diez años de 6.500 millones de kilómetros en un largo rodeo antes de alcanzar su objetivo, ya que fue la primera nave que utilizó las células solares como única fuente de energía. Para impulsarse tuvo que dar cinco vueltas completas al Sol y realizar varias pasadas por Marte y la Tierra para aprovecharse de su gravedad.

Philae se desprenderá de Rosetta a las 10:03 minutos de la mañana -hora peninsular- en un descenso en caída libre que durará siete horas -y que se podrá seguir en directo en la web de la ESA-. No existen precedentes de este tipo de maniobras, ya que, a diferencia de los aterrizajes en la Luna o en Marte, en el cometa apenas existe gravedad y los 110 kilos del módulo científico se transformarán en solo 10 gramos.

Aterrizaje en Agilkia

El robot Philae se posará en una zona del cometa que se ha denominado Agilkia -antes conocido como punto «J»-, nombre elegido por la Agencia Espacial Europea después de haber recibido miles de propuestas. Es, a priori, el lugar menos abrupto y peligroso de un cometa con un núcleo de 4 kilómetros de diámetro y en el que se recibe una mayor radiación solar, la necesaria para alimentar el funcionamiento del ingenio, que quedará anclado a la superficie por un potente sistema de arpones. Si nada se tuerce, la misión de Rosetta, que hasta el momento ya ha supuesto un auténtico éxito, comenzará a partir de ese momento un recorrido hacia lo desconocido.

«Nos posaremos sobre un cometa que básicamente es una máquina del tiempo que contiene pistas sobre la composición del sistema solar y su origen hace algo más de cuatro mil millones de años», explica Fred Jansen, director de la misión Rosetta. «Todo esto es nuevo y único y nunca se ha hecho antes. Puede sonar ciencia-ficción, pero es una realidad para los equipos que han dedicado toda su vida a este proyecto, impulsado para empujar los límites de nuestra tecnología en beneficio de la ciencia y de buscar respuestas a las grandes preguntas sobre nuestro origen», apostilla Matt Taylor, otro de los científicos de la Agencia Espacial Europea que participa en el programa.

El robot Philae tomará fotos del cometa ya al inicio de su descenso y recogerá también muestras de polvo y gas. Cuando la sonda libere a su módulo científico volverá a situarse a unos 40 kilómetros de distancia del cometa para evitar la creciente emisión de gases, que aumentan a medida que el gigante helado se aproxima al Sol y su calor va sublimando el hielo del que está formado. Rosetta acompañará a la roca en este recorrido hacia el Sol, adonde llegará el próximo verano, aunque la misión se prolongará durante unos meses más.