¡Dale caña al pádel!

La Voz

SOCIEDAD

JOSÉ PARDO

Llegó para quedarse como mucho más una afición pasajera. El pádel y el inevitable tercer tiempo en la barra después de los partidos todavía no han encontrado techo en Galicia. Te lo cuenta YES, la revista gallega de Gente, Creatividad y Tendencias

26 oct 2014 . Actualizado a las 10:35 h.

El rugbi fue el primer deporte en convertir en una institución el tercer tiempo, las cañas entre rivales convertidos en amigos en cuanto se estrechan la mano. Pero en Galicia el pádel ya es la modalidad que más ha popularizado ese ambiente de camaradería tras los partidos. Jugar es la excusa para quedar y tomar algo. El resto de porqués de una afición que sigue sin palpar su techo en Galicia ya se conocen: aprender resulta fácil, divierte prácticamente desde el primer día, se practica por parejas y reúne a personas de todas las edades, y a mujeres, muchas mujeres, que no encuentran aquí la barrera de la óptima forma física que exigen otros deportes.

A partir de los 16 años, la mayoría de las chicas abandonan el deporte. Solo un inmenso ejercicio de constancia permite en España compatibilizar la explosión hormonal de la adolescencia con los estudios y los entrenamientos cuando se acerca el paso a la universidad. Y es casi a partir de esa edad cuando muchas chicas llegan al pádel. Otra peculiaridad. En otros deportes resulta casi imposible encontrarse madres e hijas adolescentes compartiendo equipo. En el pádel abundan los casos. Los pinchos a los que invitan los equipos locales de la liga de la federación gallega son norma no escrita, pero es quizá la regla más respetada a lo largo del año. Los campeonatos han dado una vuelta de tuerca al ambiente festivo de los partidos.

Como si fuera la sesión nocturna de los grandes torneos de tenis, pero gratis. Aquí los encuentros más atractivos de los viernes y los sábados pueden empezar más tarde de la medianoche. Después, todavía toca concierto, la última costumbre de los organizadores para mantener ese ambiente de fiesta que rodea a los partidos.

El pádel se va despojando también de su imagen como sucedáneo del tenis, como versión para los torpes que no se acababan de manejar con la raqueta o personas mayores. ¡La de tenistas que incumplieron la promesa al proclamar de esa pala no beberé! Una pala de menos de cien euros, unas zapatillas y poco material más hace falta para empezar.

El Centro de Pádel San Mateo, en Narón, es uno de los clubes que ejemplifica una afición que va a más. Nació como un complejo exclusivo de este deporte, la temporada pasada contó con hasta siete equipos en las ligas de la federación gallega y hace unas semanas aunó los títulos gallegos absolutos masculino y femenino.

La fotografía de la izquierda ilustra el ambiente divertido de parte de las jugadoras del equipo femenino campeón -en la imagen, se llevaron las cervezas a la pista Amalia Rey Cabarcos, Sabela Pérez, Silvia López, Paula Cabrera, Marisa Vidal y Noelia Lorenzo-.

Ellos exteriorizan más los enfados en la pista, y ellas se animan a jugar más campeonatos cuando tienen dos o tres partidos garantizados, sin embargo algunas derrotas les dejan huella. «Aunque hacia fuera parezca lo contrario, a las mujeres les duele perder, tienen una gran competencia entre ellas y al final prefieren jugar más partidos entre amigas», explica Mateo García de los Reyes, número tres del ránking gallego y organizador de torneos.

De los macrocomplejos de las ciudades, como el Coruña Sport Centre, levantado a la entrada de A Coruña, se pasó a la inversión en localidades medianas. Surgen como setas por toda Galicia: Lalín, Mos, Cerceda, As Pontes, Viveiro, Pereiro de Aguiar, Ordes, Ribadeo, Ames, Carballo, Arteixo, Nigrán, A Pobra, Monforte, Soutomaior, Bergondo, Ortigueira, Ponte Caldelas, Culleredo, Caldas, Mos, Noia, Poio, Oleiros, Vilagarcía, Cambre, Sanxenxo, Burela...

Si la tradicional liga de la federación gallega dura de enero a junio, ahora también se pone en marcha otra privada, las Series Nacionales de Pádel, que nace con casi ochenta equipos en Galicia y una final estatal al final de temporada.

Hoy ya hay más de ochenta clubes registrados oficialmente en la Federación Gallega de Pádel. La selección femenina acaba de conseguir el ascenso a primera división en el Campeonato de España por comunidades, y la masculina fue cuarta en Primera por tercer año consecutivo. Algunas de las jugadoras son profesionales, después de volcar su trayectoria hacia la enseñanza.