Los saqueadores de setas en Galicia se pasan a los arándanos

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Arrasan los fértiles montes ourensanos y usan el fruto para licores y mermeladas

21 oct 2014 . Actualizado a las 16:47 h.

Cada otoño, con la llegada de las lluvias, florece profusamente en Galicia un espécimen foráneo declarado persona no grata en numerosos concellos de Ourense y Lugo: el saqueador de setas. El depredador de hongos llega el fin de semana, procedente del País Vasco, Asturias o Castilla y León y rastrilla las fragas en pos de níscalos y boletos que luego vende en restaurantes de su comunidad.

Pero este año, el límite de recolección y las multas que ha establecido Medio Rural como medida de coerción, así como el control que concellos como el de A Veiga (Ourense) efectúan sobre la actividad han disuadido a numerosos saqueadores, que se lo están pensando dos veces antes de llenar las furgonetas. Pero hay otro problema. El cerco sobre los predadores del champiñón tiene un efecto indeseable, pues lejos de regresar con las manos vacías, se están poniendo las botas con los arándanos, un fruto sin control específico por parte de la Administración.

«Saqueadores de setas en furgonetas xa non temos, pero agora veñen polos arandos», confirma Gloria Luis, secretaria del Concello de A Veiga y una de las coordinadoras del Proxecto Tregumelos de este ayuntamiento.

Gloria recorre con La Voz de Galicia los montes de la zona para localizar las áreas del desfalco. Bajo el acogedor paraguas de los pinares de la sierra se esparcen en un manto verde amarillento las fértiles plantas del arándano. Hay tal cantidad que emborrachan los sentidos. Su extensión se pierde en ese océano de rumorosos y, sin embargo, entre sus hojas apenas despuntan las bayas oscuras, casi negras, exterminadas en las últimas semanas.

«Chegan cuns utensilios estraños que peitean a planta e recollen nun caixón os froitos que caen», describe la secretaria de A Veiga, que confirma que la colecta se hizo sobre todo en septiembre. Aunque el problema no es nuevo, concede, «este ano ten moita máis incidencia». Y el asunto no tiene fácil solución, al menos de momento, pues el arándano es un fruto de bosque «non lexislado», a diferencia de lo que sucede ahora con las setas.

¿A qué se destina la baya gallega. Pues probablemente es vendida para la elaboración de licores, pero cuando el empleo es particular se piensa más bien en mermeladas y jaleas.

En el supermercado es un producto caro que se adquiere sobre todo para completar otros platos. Se vende en pequeñas barquetas de plástico, de 125 gramos, que cuestan en torno a 2,25 euros. Es decir, 18 euros el kilo, dato que explica por sí solo la operación furgoneta.

Emprendedores de As Pontes

Lois Dopico y Socorro Suárez son dos emprendedores de As Pontes que se han iniciado en la producción de este fruto. En su empresa, Arándanos da Terra SC, cultivan por ahora 2,2 hectáreas con las que intentarán conquistar «el mercado anglosajón, que es el de mayor consumo en el mundo», explica Lois.

La planta no es fácil de trabajar. Se necesita «cierta altura, unas setecientas horas de frío al año» y una buena dosis de paciencia. «Nuestra primera cosecha en serio -precisa- será la del 2016, porque necesitas tres años para lograr una producción interesante, cuando la planta ya está equilibrada y pasa de dar ocho frutos por ejemplar a un kilo y medio».

Dopico confirma que «no existen restricciones para la recolección de arándanos», salvo que algún concello las haya decretado de manera específica, por lo que «cualquiera puede llevárselo del monte». Eso sí, el silvestre es «más amargo» que el cultivado y, por tanto, de peor calidad. En la empresa de As Pontes, en las Fragas do Eume, Socorro y Lois trabajan con cuatro variedades diferentes.