El decreto de la Xunta que regula la recogida de setas fue consensuado con los micólogos gallegos. «Pero solo parcialmente, porque algunas de nuestras peticiones no fueron consideradas», matiza Julián Alonso, presidente de la Sociedade Micolóxica Lucus y que abanderó el proceso de alegaciones a la normativa por parte de la Federación Galega de Micoloxía.
Uno de los puntos en discordia era el de los dos kilos de setas por persona y día. «Nosotros pedíamos que esa cantidad fuera más flexible», explica, porque no es lo mismo recoger hongos pequeños que variedades muy grandes; con cinco o seis Boletus ya se puede alcanzar ese tope. «También nos hubiese gustado que se reflejase con más detalle el concepto de ejemplar maduro o inmaduro», agrega Alonso, que considera que el decreto es «un buen punto de partida».